ALMA FESTIVAL

‘From the bench to the stage’ o la genialidad descomplicada de Jamie Cullum

Jaime Cullum (Foto: Aldara Zarraoa)

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Marta Olivas

En una nueva noche del Festival ALMA OccidentJamie Cullum volvió a Madrid, una de sus ciudades fetiche según él mismo confesaba a un auditorio que, si bien no atestó las gradas del Tierno Galván, quedó entregado al talento y la humildad de una de las figuras de referencia del jazz actual. 

Empezó enérgico con la disfrutona “When I get famous” del álbum Momentum calentando a la grada para pasar a la celebérrima “Twentysomething”, donde empezó a dar muestras de un virtuosismo vocal que manifestó en otros números como “Get your way”, donde el juguetón piano marca de la casa acompañó a los coristas. Rescató algunos de sus primeros éxitos como “I Get a Kick Out of You”, que, como él mismo recordaba, tocó en su primer concierto en Madrid allá por 2002 o “These are the days”, también de Twentysomething. Además de sus temas más recordados –la mayoría tomados de Taller y Twentysomething– Cullum ofreció algunas rarezas como “Next year, baby”, del álbum navideño The Pianoman at Christmas que renovó con ritmos caribeños y un uso del pedal electrizante o “Love for sale”, más cálida e íntima.

El ambiente recogido siguió con la tierna interpretación de “Everything You Didn’t Do” y la siempre conmovedora “What a Difference a Day Made”. En “The Age of Anxiety” volvió a emocionar con su voz al público, que aplaudió y se entregó a un crescendo que se mantendría hasta la recta final del concierto. La locura se desató con la interpretación de “Mankind” cuando los asistentes abandonaron sus butacas para acercarse al escenario. Cullum abrazó a algunos de sus fans que disfrutaron de la cercanía del músico británico que incluso llegó a bromear con ellos cuando, tras la estimulantísima “Drink” alabó a los españoles por su capacidad de beber “very gracefully”. La catarsis llegaría, como no podía ser de otra manera, con el puente de “Mixtape” –del álbum más olvidado de la noche, The Pursuit­– que prácticamente terminó el espectáculo desatando las peticiones de un bis.

Cullum reconocería que su historia de amor con Madrid venía de lejos y que había llegado a dormir en un banco de la ciudad

Hubo tiempo también para las versiones como fue el caso “What’d I say”, de Ray Charles con timbales o incluso de disfrutar de temas inéditos en vivo como “Everybody wants to be a cat”, del álbum Jazz loves Disney –donde destacó un saxo deslumbrante­– o la relectura buenrollera de “Taller” que, como el propio músico reconocía, era una “world premiere version” recién llegada de su local de ensayo en Shepherd’s Bush. El aire jam unplugged que encandiló al graderío. 

Los momentos más memorables se produjeron cuando la voz y el piano ocuparon todo el escenario. Así sucedió con “All at Sea” o el maravilloso cover de “High and Dry”, de Radiohead con el que concluyó la velada a modo de encore

Cullum reconocería que su historia de amor con Madrid venía de lejos y que había llegado a dormir en un banco de la ciudad. De haber sido ayer, los asistentes al concierto se lo habrían llevado a casa y le hubieran ofrecido unos churros para desayunar. Enmarcado en la programación del Festival ALMA Occident, el auditorio pudo disfrutar de un recital de energía y talento de este músico que, si bien se dio a conocer como el enfant terrible del jazz a principios de los 2000, demostró que ha alcanzado la madurez sin perder un ápice de energía y con un tremendo respeto por su público y su repertorio.