CONCIERTOS

Chucho Valdés y Andrea Motis, sabores de jazz en Noches del Botánico

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

El emblemático Chucho Valdés está celebrando este año el 50 aniversario de la formación de Irakere, sin duda una de las bandas que mejor supieron fusionar los sonidos latinos y africanos con el jazz cubano. El Festival Noches del Botánico tuvo el honor de recibir, a sus 82 años, a Dionisio Jesús Valdés Rodríguez, más conocido como Chucho Valdés, para el particular homenaje que este pianista y compositor cubano está haciendo al grupo y con ello a toda la música jazz.

"Irakere 50" es el nombre del espectáculo con el que este cubano está girando en 2024, acompañado por los músicos José A. Gola (bajo eléctrico y acústico), Horacio Hernández (batería), Roberto Jr. Vizcaíno Torre (percusión), Eddie de Armas Jr. (trompeta), Osvaldo Fleites (trompeta), Luis Beltrán (saxofón), Carlos Averhoff Jr. (saxofón), hijo de un antiguo miembro de Irakere ya fallecido, y el vocalista Ramón Álvarez. Una formación de lujo que desde el primer minuto se desvive en el escenario, transmitiendo una gran energía y pasión por la música.

Un concierto lleno de vitalidad y fuerza, en el que el músico cubano demostró que se encuentra en un momento pleno de creatividad y agilidad mental

Chucho, a medio camino entre Málaga y Miami, y con 17 premios Grammy a sus espaldas, es un músico que hace tiempo que ya no necesita demostrar el gran nivel y control que tiene del piano. Sin embargo, el suyo fue un concierto lleno de vitalidad y fuerza, en el que el músico cubano demostró que se encuentra en un momento pleno de creatividad y agilidad mental. Muy conectado desde el principio con el público y la orquesta, Chucho transmite una pasión que simplemente hace vibrar a cualquiera que le tenga cerca y en la que los sonidos jazz acaban envolviendo el alma y el espíritu de cualquier recinto.

Chucho Valdés (Foto de Víctor Moreno)

Durante hora y media, se repasó gran parte de los grandes éxitos de Irakere, recordando su creador que eran y son expertos en cubanizar sonidos. Así lo demostraron con las melodías de Mozart o en ese famoso estándar de jazz que es "Stella by Starlight", que bajo el sabor de Chucho Valdés se ha rebautizado como "Estela va a estallar", con un sabor caribeño irresistible. No obstante, el gran momento de la noche llegó con "Bacalao con Pan", quizás el tema más reconocible de Irakere, que de la mano del cantante Ramón Álvarez logró que todo el Botánico se dejara llevar por el baile, y por un momento Madrid pareciera bañada por el mar Caribe.

La vocalista y trompetista barcelonesa dio un concierto refinado y lleno de belleza, en el que además se la vio muy unida al austríaco Christoph Mallinger

El jazz y los ritmos latinoamericanos también estuvieron muy presentes con el concierto con el que la catalana Andrea Motis abrió las Noches del Botánico. Desde hace tiempo, esta saxofonista y cantante se ha consolidado como una de las voces de jazz más potentes de España y algunas de sus canciones son auténticos ejemplos de su maestría como crooner. En la actualidad, está presentando el disco que ha grabado en Chile junto a la Camerata Papageno, dirigida por el argentino Federico Dannemann. Un trabajo con el que esta compositora ha sabido fusionar muy bien los sonidos más latinos con su peculiar y sensual forma de entender el jazz.

Andrea Motis (Foto de Víctor Moreno)

La vocalista y trompetista barcelonesa dio un concierto refinado y lleno de belleza, en el que además se la vio muy unida a su pareja y también músico, el austríaco Christoph Mallinger. El concierto comenzó con la elegante bossa nova de "Cariñoso" y continuó con temas muy reconocibles como "Perfidia", "Noche de Ronda" o una bonita versión de "Nací en el Mediterráneo". Fue un concierto relajado, ideal para dejarse llevar por su aterciopelada voz, aunque también hubo algún momento para bailar con la cumbia de "El Pescador".

En definitiva, una noche llena de jazz y sabores latinos que supone un claro ejemplo de la apuesta del Festival Noches del Botánico por traer hasta Madrid gran parte de los sonidos del mundo.