CÓMIC

‘Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón’: Galic y Echegoyen adaptan a Swift

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

El guionista Bertrand Galic y el dibujante Paul Echegoyen se adentran en el universo creado por Jonathan Swift, inspirándose en la tercera parte de Los viajes de Gulliver (1735). Mientras que en la primera parte el famoso marino visitaba a los enanos de Liliput y en la segunda a los gigantes de Brobdingnag, en este cómic nos invitan a explorar nuevamente los extraños y fascinantes mundos de Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y Japón, bajo una luz completamente renovada.

Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón es el cautivador título que Norma Editorial ha elegido para la publicación de esta obra, donde la imaginación y la crítica social de Swift vuelven a cobrar vida. Bertrand Galic y Paul Echegoyen adaptan la tercera parte de la emblemática obra de Jonathan Swift, que, si bien no es la más conocida, cuenta con elementos fascinantes como el mítico castillo volante de Laputa, que, recordemos, Miyazaki inmortalizó en la película El castillo en el cielo (1986).

‘Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón’ es el cautivador título elegido por Norma Editorial, donde la imaginación y la crítica social de Swift vuelven a cobrar vida

Norma Editorial nos brinda un cómic muy cuidado que destaca por su bonita edición, especialmente por una llamativa y colorida portada en la que Gulliver aparece corriendo por el mar con la increíble Laputa de fondo. Y es que, si algo llama la atención de este cómic, es el refinado trabajo de Paul Echegoyen, cuyas ilustraciones, llenas de creatividad, precisión y belleza, definen la obra como un trabajo muy especial que sabe capturar muy bien el mundo que ideó Jonathan Swift. Oscilando entre tonos azules y anaranjados, Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón es uno de esos trabajos que se destacan por el esmero y amor con que se ha diseñado cada viñeta, invitándonos a detenernos una y otra vez en determinadas páginas para dejarnos llevar por su belleza.

En cuanto a lo narrativo, el guion de Bertrand Galic recoge de manera completa la tercera parte de las aventuras de Gulliver. Un nombre que, al igual que en la novela original, aparece solo en contadas ocasiones, ya que todos conocen a este marinero por su nombre de pila, Lemuel. El cómic nos presenta a un cirujano convertido en capitán de barco por necesidades económicas, un hombre sin fortuna que, si bien disfruta de las aventuras, es constantemente arrastrado de un sitio a otro sin que pueda hacer demasiado al respecto. Si Ulises buscaba llegar a Ítaca, el único deseo de Gulliver es regresar a su amada Inglaterra.

Entrando en detalle, resulta muy interesante cómo el cómic presenta la famosa isla flotante de Laputa, gobernada por seres que solo están interesados en la música y las ciencias, y que parecen tener graves problemas de concentración. Es muy divertido cómo Bertrand Galic y Paul Echegoyen crean unos pequeños seres que se dedican a abofetear a los ciudadanos de Laputa para que despierten y puedan llevar una conversación. 

Es uno de esos trabajos que se destacan por el esmero y amor con que se ha diseñado cada viñeta, invitándonos a detenernos una y otra vez para dejarnos llevar por su belleza

Sin duda, se trata de un reino mágico, fascinante y lleno de sorpresas. Como bien recuerdan numerosos estudiosos, Jonathan Swift creó una novela muy adelantada a su tiempo, ya que es la primera vez en la historia que se menciona cómo funciona un bombardeo aéreo. Otro dato curioso es que en Los viajes de Gulliver se menciona que Marte tiene lunas, 150 años antes de que se descubriera que efectivamente es así. Todos estos elementos y muchos más están presentes en este cómic.

Más allá de Laputa, el cómic también realiza un retrato hermoso de Japón y de ciudades fantásticas como Luggnagg, donde habitan seres inmortales que distan mucho de lo grandioso que solemos asociar al concepto.

En conclusión, Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón es una adaptación muy interesante de un clásico universal y una manera única de comprender este fascinante relato. Ojalá Bertrand Galic y Paul Echegoyen se animen a continuar explorando las aventuras de este emblemático marinero.