sábado. 27.07.2024

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

El proyecto de SUMAR surgió en un momento difícil. Se trataba de hacer frente a la descomposición de Podemos e intentar crear un nuevo proyecto de izquierda alternativa que permitiera la continuación del Gobierno de coalición progresista, éste era el reto.

No hay duda de las dificultades del reto, y más en un momento de perspectivas de procesos electorales continuados. Para intentarlo se referenció en la personalidad de Yolanda Díaz y en su buen hacer como Vicepresidenta y  ministra de Trabajo, y en su proyecto político más partidario de cambiar las cosas en beneficio de las clases populares que de planteamientos de propuestas ideales. Es decir cambiar las cosas, crear nuevos derechos, trabajar en conseguir beneficios concretos para las clases trabajadoras y populares y huir de demagogias  fáciles  para reemplazarlas por consecuciones reales.

Es evidente que la personalidad de Yolanda Díaz y su propuesta de “nuevo laborismo” tuvieron una buena recepción. Pero la dirigente carecía de un elemento fundamental, una estructura organizativa que permitiera concretar su propuesta política.

He ahí el problema con el que ha tenido que bregar la propuesta de Sumar. Ante la falta de una organización sólida se construyó una plataforma de múltiples organizaciones de la izquierda alternativa de todo tipo. Esto fue positivo en un primer momento pero ha sido el punto flaco de su continuación.

Ante la falta de una organización sólida se construyó una plataforma de múltiples organizaciones de la izquierda alternativa de todo tipo

En un inicio todos se avinieron a unirse a la propuesta  de Díaz. Todos tenían razones objetivas para darle apoyo. Todos salían ganando. Así pues, desde Más País y los Comuns a Compromís, Izquierda Unida, o grupos más pequeños como la Chunta Aragonesista, o Més en Baleares, una infinidad de partidos se unieron a la propuesta. Además el marco era ideal unas Elecciones Generales donde todos podían mejorar sus expectativas electorales. En el último momento hasta Podemos se unió a la propuesta de mala gana y con reticencias. Es evidente que el propio proyecto creó un ambiente ilusionante que hizo que gente de los diversos partidos, organizaciones sindicales y sociedad civil organizada dieran su apoyo y trabajaran para la candidatura

El resultado fue positivo para un proyecto recién nacido obteniendo una buena representación parlamentaria, tres millones de votos,  y logrando una reedición del Gobierno de coalición con el PSOE. Y en gran parte se debió a la propia personalidad de la Vicepresidenta Díaz y su activa participación en la campaña, acompañada en cada lugar por líderes territoriales. Buena parte de los principales grupos mejoraron sus resultados, con la excepción de Podemos, y algunos pequeños lograron tener una representación que no hubieran tenido en otra ocasión.

El grupo Parlamentario ha funcionado, hasta el momento, con una buena conexión. Además Sumar logró cinco ministerios. El primer problema que ya era previsible fue la ruptura de Podemos y su pase al grupo mixto.

Los problemas han surgido con posterioridad, cuando cada partido se ha preocupado más por cultivar su parcela territorial en lugar de plantearse un trabajo común de crear organización en los diversos territorios.  La falta de corresponsabilidaden la expansión del proyecto por todo el territorio nacional ha sido total por parte de los diversos partidos anclados en su territorio y remisos a colaborar en las necesidades del proyecto común. Ha faltado voluntad de construir organización y se ha dejado en manos del pequeño núcleo establecido en torno a Yolanda Díaz la tarea de responsabilizarse en exclusiva de la extensión.

Los resultados están a la vista de todos. En Galicia el resultado de Sumar fue muy deficiente al no obtener ni un escaño en el Parlamento Gallego. Lo mismo puede decirse de Euskadi donde tan sólo se logró un diputado por Álava.

Los problemas han surgido con posterioridad, cuando cada partido se ha preocupado más por cultivar su parcela territorial en lugar de plantearse un trabajo común

Posteriormente se celebraron elecciones al Parlament de Catalunya. Aquí los Comunes consideraron que todo era de su competencia y Yolanda y la gente de SUMAR sólo participaron de acompañamiento. Los resultados tampoco fueron favorables, los peores obtenidos por los Comunes, que nunca han  conseguido alcanzar los últimos resultados obtenidos por las de ICV-EUiA en el Parlament.

Con posterioridad se han celebrado las Elecciones al Parlamento Europeo. En estas elecciones entre otros factores SUMAR se enfrentaba a la competencia directa de Irene Montero como candidata de Podemos. La candidatura de SUMAR fue confeccionada según las presiones de los principales grupos que componen la coalición. No se buscó hacer una buena candidatura si no que se sucumbió a las presiones de los supuestos partidos que parecían más fuertes en sus territorios como Compromís o los Comuns que situaron a sus candidatos entre los tres primeros de la candidatura relegando incluso al candidato de IU que es el partido que más infraestructura territorial y que finalmente se quedó, por primera vez fuera del Parlamento Europeo. El hecho más significativo fue que el  candidato elegido de los Comuns perdió en Catalunya frente a Podemos que no tiene prácticamente organización en la comunidad lo que es demostrativo de lo erróneo de la elección. Asimismo estos candidatos, excepto la candidata que encabezaba la candidatura y el candidato de IU prácticamente no tuvieron presencia fuera de sus territorios tradicionales. Finalmente un partido que forma parte de SUMAR en el Congreso de los Diputados como es Més de Baleares, formó candidatura con los independentistas de ERC-HB-BNG. 

Como consecuencia de todas estas circunstancias Yolanda Díaz ha dimitido de su cargo en SUMAR, con lo que se abre un fuerte interrogante ¿Qué debe hacer SUMAR para tener futuro máxime cuando pierde el valioso capital de Yolanda Díaz?

No hay duda que lo imprescindible es replantearse el proyecto. No puede aceptarse una coalición cuando los partidos que forman parte no se responsabilizan del conjunto del proyecto y solo les preocupa su propio “EGO” de ser los únicos representantes de su territorio. El caso de Compromís es claro. Se echa en  falta la presencia de dirigentes como Mónica Oltra o Joan Ribó en su dirección. A Compromís, como a los Comuns, o hasta a Más Madrid, sólo les preocupa ser las únicas referencias en sus parcelas territoriales, y tener un paraguas más amplio que les permita mejores resultados en las generales.

Si no son capaces de ayudar a que el proyecto conjunto sea posible de realizar política y organizativamente, el problema de la “miopía de los egos” acabará con del proyecto

Esto es “egoísmo” y nada tiene que ver con la cooperación. En todos estos territorios existen otros partidos como es el caso de Izquierda Unida u otros menores que deben contar y formar parte de una estructura de SUMAR en todos los territorios. Y todas las organizaciones deben ser solidarias en las cuestiones de la organización de SUMAR en su conjunto.

Hay que definir una organización o unitaria o federada que permita dar respuesta a un  electorado que se ilusionó ante la perspectiva de una izquierda plural, alejada de los tópicos “adanistas” de cambios “ideales” poco realistas y que defienda una agenda social que vaya a la raíz de los problemas, en defensa de los derechos laborales y sociales, de los valores del ecologismo y del feminismo y que defienda las ideas del federalismo tanto en el ámbito del Estado como de la UE, así como la defensa de la paz, la justicia y la solidaridad en el ámbito internacional.

Si entre todas, o en su caso entre unas cuantas de las organizaciones asociadas a SUMAR, no son capaces de ayudar a que el proyecto conjunto sea posible de realizar política y organizativamente, el problema de la “miopía de los egos” acabará con del proyecto y afectará negativamente al conjunto de la izquierda alternativa y a cada uno de sus componentes.

Sumar y el problema del ‘ego’ de sus diversos componentes