MÁXIMA EN POLÍTICA

Modus Operandi

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La RAE, define modus operandi como la manera especial de actuar o trabajar para alcanzar el fin propuesto.

Está muy bien inserto el término “especial” ya que la política hoy va de esto.

Máxima en política

Para que haya un modus operandi, previamente, ha de haber una máxima ya que, sin ella, no sería posible establecer esa manera especial de actuar para alcanzar un fin. La máxima es que la política se dirige a quien la ejerce, no al beneficio de su ejercicio (lo público). No se busca mejorar la vida de la ciudadanía y, con este fin, presentar públicamente la forma que entiendo es la mejor para alcanzarla.

Sea una visión social con socialistas y socialdemócratas, que buscan un crecimiento del Estado como actor económico, por tanto, generando una capa de protección social amplia y solidaria; o los partidos de izquierda obrera, que buscan, además, una defensa de la clase obrera en este espacio social.

Sea una visión liberal (encuadrando al Estado en un espacio protector y no interventor económicamente); ultraliberal (basado en la acumulación del capital en manos privadas, quitando impuestos y luchando contra la justicia social) o conservadores (que quieren mantener el estatus quo de unas clases dominantes donde la propiedad privada, la religión y las costumbres, van unidas).

Sean ideas de un lado u otro, progresistas o conservadores y/o liberales, son ideas y tienen la lógica de intentar exponer públicamente sus beneficios para el ser humano, ya sea como individuo, ya sea como parte de una sociedad.

Pero esto, es historia. Hoy la máxima se basa en la persona, concretamente en destruir a las personas. Destruir todo a su alrededor, su vida, la de su familia, se puede ridiculizar sus preferencias, empequeñecer sus ideas, así como agrandar sus errores; en fin, la política hoy está basada en destruir personas, para alcanzar el éxito por descrédito. El triunfo a la contra, no a favor; el triunfo de lo negativo, frente a lo positivo. Pero lo más preocupante, es que es el triunfo.

Modus Operandi

Para destruir personas, se crea una estructura que funciona desde su inicio, en lo que podemos denominar un fraude de Ley. Recordemos que el fraude de Ley es, en resumen, utilizar una norma para eludir otra, contraviniendo en el fondo al ordenamiento jurídico. Si esta lógica, la llevamos al campo político, es bien sencillo establecer un modo.

Un partido político conservador (el partido popular en este caso, y VOX) lo distingo del liberalismo y del ultraliberalismo, que estaban más representados en Ciudadanos (ya sin espacio político en España); a través del término libertad, nos indican constantemente que todo debe tener una cúspide en la Libertad. De esta manera, la “manoseada” libertad, nos predispone a abrir mil y un medios de comunicación -digitales o no- en los que la fuente de vida de estos, son los gobiernos municipales/regionales o nacionales de un color político (con hacer una simple valoración de ingresos y su procedencia -fundaciones afines, gobiernos y entramados económicos afines). Es tan importante mirar las partidas contables de este entramado, porque donde hay publicidad también hay eventos y un sinfín de formas de participación (en el ámbito más amplio del término empresarial) en estos medios.

Una vez que tengo los medios, genero una noticia falsa (porque la máxima no es el bien ciudadano, recordemos, sino destruir personas); el ejemplo más claro lo tenemos con Pablo Iglesias o la cúpula de Podemos, a quienes se les atribuyó miles de fraudes, noticias en mayúsculas en estos medios, titulares terribles a la vista de los ciudadanos…que terminaron todos en nada. Pero, el formato es este. Financio, en nombre de la libertad, y es ésta la que me permite generar fake news que terminan destruyendo el entorno político (por eso creo que es una buena analogía el fraude de Ley).

En España tenemos una pata mucho más sofisticada en este modus: la transición se dejó en el camino el poder judicial

En España tenemos una pata mucho más sofisticada en este modus, y es que la transición española, se dejó en el camino el poder judicial. No sólo porque es un poder claramente ultraconservador, sino por falta de visión de los gobiernos socialistas, ya que no vieron venir esta pata del modus operandi…hasta que el diputado Ignacio Coisidó (en la renovación del CGPJ el año 2018) envió un wasap que se filtró en donde indicaba textualmente “…además controlando la sala segunda desde detrás”. Gran revuelo produjo, pero nada nuevo bajo el sol.

Desde el mismo día en que España volvió a la senda democrática, debió prever un sistema en el que cualquier estudiante de derecho de este país, al terminar la licenciatura, tuviera un sistema de becas completo para estudiar la carrera judicial. La única manera de no perpetuar un estatus quo es haciendo algo para cambiarlo; no para mantener un dudoso “equilibrio”.

Hay quien dirá que es carísimo. Más caro es el resultado actual.

Pues bien, si en España tenemos, como digo, esta forma trasera de llevar los temas judiciales ocurre que encargo a los medios (afines) generar una noticia falsa, muchas…y muchas sobre una misma persona. Una vez que tengo socialmente a la opinión publica convencida de las irregularidades, voy a mis asociaciones ultras para que vayan a un Juez -de estos de los del control desde detrás…- y entonces la liamos, porque se abre una causa con recortes de periódicos (esto que digo es textual). Si, aquí abrimos causas con recortes de periódicos. Y entonces, comienza el “feedback” o la retroalimentación, que no es más que hacer un circo mediático (con esos mismos medios que hicieron de cooperador necesario en la operación), para terminar de destrozar la vida de los políticos/as a los que les ha tocado este proceso o sus parejas. No sólo estoy pensando en Begoña Gómez -que también-, sino también en Mónica Oltra. No entraré en el tema de la pareja de Ayuso, porque él (su pareja) envió un correo a la Fiscalía reconociendo que había cometido dos delitos ante la Hacienda Pública (no fue fruto de la prensa, sino de una actuación administrativa precisa).

En fin, esta tarea, bien engrasada, es lo que ha tenido todos estos años el Partido Popular a su servicio (incluiré a VOX en este servicio, ya que los miembros de VOX proceden en su gran mayoría, así como sus votantes, del PP).

O sea, mantengo un medio (de él viven unos cuantos amiguetes), éste me publica lo que requiero para matar a mi adversario; utilizando el control desde detrás (no es mía esta frase) levanto un caso judicial y ya con esto, voy al parlamento y pido la dimisión de mi adversario.

Es triste, pero es real. Pero más triste es que esto que aquí indico, quien va al Parlamento a pedir la dimisión de su adversario…lo sabe. Y por ello, cierro el círculo, su máxima no es presentarse como un futuro para el país, sino como una solución para destruir a una persona… y socialmente, que es ya, lo más fuerte, comienza a entenderse la política así desde la ciudadanía.