Del debate y el nuevo gobierno

Miren, debe ser porque hoy es día 23 de Diciembre, víspera de “noche buena”, una fecha cargada de connotaciones positivas para todo el mundo cristiano e incluso sus aledaños. Y seguramente sea por ello que me siento incapaz de entrar a una crítica frontal del discurso “buenista” del ya presidente del gobierno don Mariano Rajoy. Aun así no me resisto a decirle aquello de, “a buenas horas mangas verdes”.

Miren, debe ser porque hoy es día 23 de Diciembre, víspera de “noche buena”, una fecha cargada de connotaciones positivas para todo el mundo cristiano e incluso sus aledaños. Y seguramente sea por ello que me siento incapaz de entrar a una crítica frontal del discurso “buenista” del ya presidente del gobierno don Mariano Rajoy. Aun así no me resisto a decirle aquello de, “a buenas horas mangas verdes”.

Ahora resulta que con la llegada de los populares al gobierno se ha acabado con la crispación.

Ahora nos enteramos de que de la crisis saldremos con más Europa.

Y ahora sí, todos los partidos y los agentes sociales y el conjunto de la sociedad tienen que arrimar el hombro para ayudar…

También, en breve plazo se procederá a la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional…

Miren, ya les digo que debe ser la magia de la Navidad la que actúa y pone y quita voluntades... Pero es que hay que tener mucha cara dura y mucho “morro” para presentar ahora, como necesidades, todo lo que han venido negando hasta la fecha.

El discurso, como en la campaña electoral, volvió a sonar inconcreto. Algunos diputados quisieron interrogar a Rajoy sobre cuando llegaban las malas noticias y los recortes. Quizás no cayeron en la cuenta estos miembros del Congreso, que las malas noticias y los recortes no se anuncian. Se irán poniendo en marcha, cuando toque. Primero atender a los datos del cierre del ejercicio del año 2011. Después el proyecto de presupuestos para el año 2012, y a la par, todo lo que toque recortar para contentar al ídolo de barro de la Unión Europea, señora Merkel por más señas.

Es evidente que a mi no me gustó el discurso. Pero no por falsas prevenciones o atavismos ideológicos, no. No me gusto por lo que dijo y no me gustó por lo que calló.

Por lo que dijo: al señalar que el “micro contrato” de cuatrocientos euros ayudará a generar empleo…, (sic).

Y por lo que calló, cuando no dijo de donde piensa obtener los recursos para bonificaciones empresariales por un importe aproximado de unos diez mil millones de euros.

Todo ello sin un impuesto a las grandes fortunas (que lo descarta), sin una reforma impositiva que reclame más aportación a quienes más tienen, que también la descarta…

A mi no me salen las cuentas. A no ser que estemos en la antesala de fuertes recortes en las políticas sociales y del todavía escuálido estado del bienestar de nuestro País. Tal y como ya ha comenzado a recortarse en Cataluña o Castilla La Mancha. En cuyo caso, tal vez ayer se cerró la crispación en las Cortes Españolas porque al Partido Popular ya no le resulta útil, pero no es menos cierto que ésta bien pudiera trasladarse al escenario de la calle con cientos de miles de indignados a los que no se les deja muchos más recursos.

Si además de negarles un trabajo digno se les dice que tienen que empezar a pagar por cada receta, y que no se les puede visitar cuando lo necesitan sino cuando lo permitan las listas de espera infladas por los recortes…

Mucho cuidado con la indignación de cada vez más ciudadanos, hartos de que siempre acaben pagando todas las crisis los mismos.