Tres accidentes en menos de un mes

La central nuclear ha sufrido dos paradas no programadas, por fallos en las válvulas de seguridad y en el generador, y una explosión de un transformador eléctrico. Greenpeace pide al Gobierno que ordene ya su cierre definitivo.
NUEVATRIBUNA.ES 24.04.2009

La central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en Burgos, notificó esta madrugada al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una parada no programada de su reactor provocada por rechazo de carga de su generador principal y que obligó a activar los procedimientos de aviso reglamentarios.

No obstante, según un comunicado del organismo regulador, el suceso registrado a las 23:55 “no ha supuesto riesgo para los trabajadores, la población o el medio ambiente”. La central informó de que “todos los sistemas de seguridad han funcionado correctamente” y se han iniciado las comprobaciones pertinentes para establecer las causas del incidente.

El CSN anunció la semana pasada que dedicaría varias sesiones de trabajo a analizar el posible cierre de la central de Santa María de Garoña para poder cumplir con el compromiso de remitir antes del 5 de junio su dictamen técnico al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, justo con un mes de antelación a la expiración de su licencia de actividad.

GREENPEACE PIDE SU CIERRE DEFINITIVO

La organización ecologista considera que los tres nuevos accidentes en menos de un mes en la central “demuestran su falta de seguridad”. En un comunicado, Greenpeace explica que además de la “parada forzosa de anoche” debido a un fallo en el generador principal, el pasado 6 de abril se produjo otra parada no programada debido a un mal funcionamiento en una de las válvulas de alivio/seguridad de la central nuclear, un problema que viene de lejos y que “nunca ha sido resuelto satisfactoriamente”.

Asimismo, hay que sumar que el pasado 1 de abril, cuando Garoña procedía a arrancar tras la parada de recarga que hizo en marzo, se produjo una explosión y un incendio en un transformador eléctrico de la central. Este suceso se mantuvo en secreto por parte de Nuclenor (la propietaria de Garoña) y se conoció porque Greenpeace y Ecologistas en Acción informaron públicamente de ello unos días más tarde, gracias a las denuncias que les hicieron llegar los vecinos de la zona.

Ante el “cúmulo de fallos” en Garoña, conocidos a pesar de los esfuerzos de Nuclenor por ocultarlos, Greenpeace pide al Gobierno que no demore por más tiempo la decisión de cerrar definitivamente la central de Garoña en julio de 2009, cuando acaba su permiso de explotación.

"No hay ningún motivo económico, ni energético, ni medioambiental ni social al que el Gobierno pueda agarrarse para incumplir su compromiso de cerrar inmediatamente y de forma definitiva la obsoleta y peligrosa central nuclear de Garoña", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.

El PSOE tiene el compromiso de "sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por energías seguras, limpias, y menos costosas, cerrando las centrales nucleares, potenciando el ahorro y la eficiencia energética y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local".

Greenpeace recuerda que la central nuclear de Garoña está totalmente amortizada desde hace años, que su escasa producción eléctrica está sobradamente compensada por el incremento anual de la electricidad renovable, que es una instalación obsoleta (fue inaugurada en 1971) aquejada de graves problemas de seguridad (serios problemas de agrietamiento por corrosión), y que el rechazo social que genera es manifiesto.