APUNTES DE HISTORIA

Unamuno y los laboristas en el poder (1924)

El Socialista, núm: 4685 (13/02/1924)

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@Montagut | Miguel de Unamuno escribió una columna en El Socialista del 13 de febrero de 1924 sobre el triunfo del laborismo británico, donde realizó una serie de reflexiones sobre los mismos, sobre el sistema político británico, con alusiones a las visiones desde España de este hito histórico. El texto tiene su importancia, además, porque muy pocos días después de publicado el Directorio Militar tomó la decisión de desterrarle por sus críticas a Primo de Rivera en la prensa. El día 22 de ese mes Unamuno tuvo que salir de Salamanca camino del destierro a Fuerteventura.

Para Unamuno la llegada de los laboristas al poder había despertado más esperanzas y temores, en unos y otros, fuera de Inglaterra que dentro.

Los laboristas ingleses, aunque se inspiraban en una idea universal, serían profundamente ingleses, porque los ingleses nacionalizaban toda concepción internacional. Para Unamuno la verdadera fuerza del país había sido que su interés nacional coincidiese con el de la libertad democrática del mundo. Los ingleses estarían dotados de un hondo sentido histórico, de la realidad posible (¿realismo?, ¿pragmatismo?”, apuntaríamos nosotros). Además, los ingleses tomaban las doctrinas como métodos y no como utopías. En ese sentido, creemos que con esta opinión se podría estar refiriendo a la particularidad eminentemente práctica del laborismo frente al socialismo continental con mucho más cuerpo doctrinal.

La llegada de los laboristas al poder había despertado más esperanzas y temores, en unos y otros, fuera de Inglaterra que dentro

El Socialista, núm: 4685 (13/02/1924)

Unamuno explicaba como en España había habido quienes faltos de sentido histórico comentaban como los laboristas habían aceptado el poder de manos de la realeza, pero no pensaban que, realmente, ese poder no se lo debían a la Corona sino a los votantes. El rey no había hecho nada más que sancionar el sufragio del pueblo, único soberano. En este sentido, el intenso intelectual español afirmaba que, en realidad, Inglaterra era una República que, aunque burguesa, se veía que en la misma había sido posible el triunfo electoral de los laboristas.

Por otro lado, había quien afirmaba que los laboristas se parecían más a los republicanos que a los socialistas, pero si esa afirmación se hacía en relación a los republicanos españoles Unamuno era contundente en su negativa. Para el escritor e intelectual los republicanos en España eran revolucionarios en apariencia y conformistas en la realidad, frente a los socialistas que serían los únicos que mantenían la esencia del republicanismo que no fuera puramente formal.

La victoria laborista se había producido por un sufragio no violentado ni por el caciquismo ni por el anticaciquismo

En Inglaterra, en cambio, los liberales, que habían ayudado a los laboristas y se habían aliado con ellos (recordemos que los laboristas no tenían, ni mucho menos, la mayoría necesaria), eran “constitucionalistas netos”, porque en Inglaterra si por alguna causa desapareciera la Monarquía no habría que cambiar la Constitución.

También señalaba Unamuno que la victoria laborista se había producido por un sufragio no violentado ni por el caciquismo ni por el anticaciquismo.

Quien había dado el triunfo al laborismo había sido la liberal Constitución inglesa, la “Carta admirable libre de ambigüedades y de confusiones”. El sistema inglés habría sido, en su interpretación, el único que había permitido llegar “a un método sin tener que hacer una revolución”, el que permitía acercarse a ciertos resultados de la justicia social sin necesidad de que se matasen los hombres por principios, precisamente porque allí no había principios indiscutibles en política.