Nacho Cano, Lamine Yamal, VOX y la inmigración ilegal

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

España va a ganar a Inglaterra. Eso ya lo sabemos. La selección masculina tiene que terminar lo que la Selección comenzó en 2023 cuando se proclamó Campeona del Mundo en Australia derrotando a Inglaterra (¿Campeona del Mundo es más que una Eurocopa?, ¿no?). Y supongo que, en un ataque de emoción incontenible, tras la victoria, Pedro Rocha (el actual presidente interino e imputado de la RFEF), besará en la boca a Nico Williams o a Dani Carvajal (Rubiales sabe de lo que hablo). Este último, Carvajal (no Rubiales, creo) es un simpatizante activo de VOX, que ejemplifica lo inclusiva que es la selección masculina, ya que, estoy segura, en-el-vestuario-se-le-trata-como-a-uno-más, sin ningún tipo de discriminación. Así que está claro: la selección M es un ejemplo de inclusión y un reflejo de la pluralidad de nuestro gran país...

Y es que la selección M, cuando gane el domingo, demostrará que el fútbol masculino merece respeto. Que con un poco de apoyo institucional y de atención mediática, el fútbol masculino puede convertirse, en muy poco tiempo, en un referente social importante para muchos niños que ven a Lamine Yamal como un ejemplo a seguir. Y digo esto porque, quizás son paranoias mías (de feminista recalcitrante), pero no estoy visualizando el mismo apoyo social a la selección M, la misma euforia colectiva y bombardeo mediático, que vivimos en 2023 con la Selección. En aquel momento todo eran calles llenas de pantallas gigantes puestas en las plazas públicas por los ayuntamientos, programación especial en los medios... y ahora, no sé, tengo la sensación, seguramente errónea, de que no se le está dando a la final del domingo la relevancia social que merece. Ni horas de programación, ni presencia 24 horas en redes sociales, ni conexiones especiales desde los vestuarios después de cada victoria, con visita real incluida. Nada de nada. Y eso me hace pensar, por no sé qué conexión mental turbia, en la necesidad "de hacer pedagogía", con el tema de la inmigración.

El musical Berrinche (antes conocido como Malinche) ha demostrado la necesidad de "una-política-migratoria-regulada"

Un ejemplo poco conocido puede servir. El musical Berrinche (antes conocido como Malinche) del músico, compositor, productor, mecenas, filántropo, educador y defensor de los derechos humanos, Nacho Cano (ex miembro de Mecano, un grupo musical reivindicativo y minoritario de los años 80/90), ha demostrado la necesidad de "una-política-migratoria-regulada" (30 años de la misma frase vacía, y ahí sigue). La actual legislación no se ajusta a las necesidades de los emprendedores de nuestro país. Y solo hay que ver lo complicado que ha sido, para ese genio contemporáneo que es Nacho Cano, poner en pie un proyecto tan educativo, en tiempos de tiranía woke, como Berrinche. Una obra conceptual e incomprendida sobre el colonialismo español que no ha contado con ningún apoyo institucional, que no ha recibido subvenciones (excepto los 40.000 euros de la Comunidad de Madrid), y un autor, Nacho Cano, que siempre ha sido ninguneado por la Administración, (como quedó evidenciado cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le otorgó la Medalla de la Comunidad de Madrid en 2021) y que está sufriendo una verdadera persecución por parte de la "cultura-de-la-cancelación" de la extrema-izquierda. Para mí está claro: Nacho Cano es un genio incomprendido, que en su desinteresado amor por el arte y la cultura, simplemente estaba ofreciendo una oportunidad a-los-descendientes-de-Malinche de vivir el "sueño español" en el Madrid-de-la-libertad, es decir: una falsa beca de 10 horas diarias (media jornada) y sueldo en B (lo tradicional) de 500 euros. Y así lo agradecen los "hijos-de-Malinche": denunciándole a la policía, esa policía anti-patriótica que le persigue por "puto-defender" la libertad de explotar a trabajadores en situación irregular. Una vergüenza "nacional"... sin duda. 

El "caso Nacho Cano" es un buen ejemplo de la hipocresía del discurso de la extrema-derecha sobre la inmigración

El "caso Nacho Cano" es un buen ejemplo (con toda la ironía que una puede asumir sin morir de cinismo), de la hipocresía del discurso de la extrema-derecha sobre la inmigración. La inmigración irregular siempre es un gran problema sí, y solo sí (thanks-Kant), no se extrae beneficio de ella. Mientras se pueda explotar a los migrantes, la "inmigración-es-necesaria", (la hostelería, los cuidados, el turismo, la agricultura, la construcción, etc., son sectores donde la mano de obra semi-esclava de la inmigración irregular es "necesaria") Pero, los menos de 3.000 niños y niñas que hay ahora mismo en situación de total abandono institucional en Canarias son un problema muy serio para España. Y es lógico. Si supieran jugar al fútbol podríamos "colocarlos" en la selección M, o si se los dejáramos a Nacho Cano, los pondría de figurantes "becados" en Berrinche. Pero VOX no quiere. Prefiere convertir a menos de 3.000 niños y niñas en "MENAS", (término que suena muy mal y los despersonaliza, haciendo que cada cual proyecte sus propios miedos sobre ese acróstico), convirtiendo el concepto MENAS en una amenaza. No como los más de 6.000 menores ucranianos, "refugiados" (que suena mucho mejor), que España acogió en una sola semana, sin ningún problema, hace un par de años, y con una extraña competencia entre comunidades autónomas por ver quién tenía a más niñas y niños ucranianos en acogida. Aquellos niños y niñas eran "refugiados de la guerra", estos niños y niñas son una "amenaza a la seguridad" de España. Un par de miles de niños y niñas, MENAS, es decir: Menores No Acompañados, ¿son una amenaza para España? ¿Qué van a hacer? ¿Jugar a la Play? ¿Ir a la piscina? ¿Ver vídeos en Tik-Tok? ¿Comer pizza? ¡Qué horror!

He intentado tomarme la situación con ironía y distanciamiento. Y me ha salido regulinchi. Tengo que aceptar que hay algo de lo Real en todo esto que me supera. Tengo que asumir que soy incapaz de entender qué mecanismo inconsciente opera para que alguien, sin un trastorno diagnosticado, pueda celebrar un gol de Lamine Yamal, pensar que Nacho Cano es la "víctima" y que 3.000 criaturas que están solas en un país extranjero son una "amenaza". Lo sé, sé que es "política", pero me supera. Me dan ganas de llorar. Me dan ganas de gritar. Llamarme loca, pero no lo entiendo. Y ya está... España va a ganar a Inglaterra, pero ya no sé en qué.