FILOSOFÍA

De vuelta a Marco Aurelio

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Marco Aurelio fue un emperador y filósofo romano del siglo II. Desde bien joven manifestó interés por la cultura y llegó a convertirse en un fiel seguidor del estoicismo de Epicteto. Además, sus contemporáneos solían destacar la honestidad como uno de los rasgos principales de su carácter e hizo todo lo posible por emitir reformas legales en las que limitaba los abusos de la jurisprudencia. Después de su muerte, acabó la época de mayor prosperidad del Imperio Romano

Figura respetada desde un punto de vista político, lo cierto es que su fama intelectual ha superado incluso las bondades que se le atribuyeron como gobernante y además, en los últimos tiempos, la lectura de sus Meditaciones se ha convertido en una recomendación habitual si queremos tener una guía práctica y eficaz con vistas a conseguir una vida feliz. El filósofo las escribió como reflexiones, casi a modo de diario y para su mejora personal. Son consejos escritos desde la bondad y la generosidad de aquel que quiere compartir sus conclusiones con la intención de ayudarse a sí mismo y a los demás acompañando las sentencias con afecto y con la mejor voluntad.

Figura respetada desde un punto de vista político, lo cierto es que su fama intelectual ha superado incluso las bondades que se le atribuyeron como gobernante

Pero, ¿cuáles son esos consejos que  tantos siglos después nos pueden seguir siendo útiles? Intentaremos agruparlos en una serie de temas principales que nos darán la clave de por qué no han perdido sentido a pesar del tiempo y de por qué hoy en día están más de actualidad que nunca.

En primer lugar, encontramos en las Meditaciones unas reminiscencias del intelectualismo moral que ya habían expresado Sócrates o Platón. Se trata de valorar la importancia de la inteligencia, de remarcar que un indiscreto, un desagradecido, un insolente, un traidor, un envidioso o un egoísta son así porque no saben qué es el bien o el mal. Solo una cosa nos puede guiar: la filosofía por encima de los placeres y las penas. Es importante la reflexión filosófica, el pensamiento aplicado a la acción, a la vida, no dejar nuestro comportamiento a merced de las pasiones o instintos y llegar a entender lo que son la justicia y el bien. Habla de venerar la capacidad crítica, de obedecer a la razón para encontrar  alivio en ello. Invita, pues, a cultivarse: “La capacidad para comprender y el conocimiento siempre procuran estabilidad y éxito” “Los actos racionales se denominan acciones rectas. El hombre que siempre es razonable es tranquilo y resuelto, alegre y sosegado”.

El filósofo escribió sus ‘Meditaciones’ como reflexiones, casi a modo de diario y para su mejora personal. Son consejos escritos desde la bondad y la generosidad

El filósofo nos invita a no perder de vista tampoco que la duración de la vida es limitada y que hemos de saber que podemos abandonar este mundo en cualquier momento. Admitir que todo cambia y se desvanece muy rápido, admitir la finitud, lo efímero de nuestra existencia nos hará más humildes y dará una nueva perspectiva a nuestras decisiones. Hemos de concienciarnos de que solo somos un pequeñísimo lugar en el destino, de que enseguida “la tierra nos cubrirá a todos”.  Vivir el presente, es lo único que tenemos, lo humano es pasajero y ni el pasado ni el futuro existen: “El tiempo es como un río donde los acontecimientos son como una corriente impetuosa” “las cosas humanas son pasajeras” “…todo fluye eternamente, las fuerzas cambian perpetuamente, las causas se modifican de mil maneras. Casi nada es estable”.

Además, y en relación con el primer aspecto que comentábamos anteriormente, el del cultivo de la inteligencia, Marco Aurelio destaca, siguiendo la misma línea argumentativa que es precisamente la inteligencia la que nos hace ver la poca importancia que hemos de dar a las opiniones ajenas y la conveniencia de ser amables. Asegura que no hemos de malgastar nuestras vidas conjeturando sobre los demás ni atendiendo a lo que digan de nosotros. Aconseja no actuar de mala gana o de forma insociable, sino aplicar la sensatez en nuestras conversaciones y actos, a la vez que desarrollamos nuestra independencia respecto al juicio ajeno: “Cuando alguien te culpe o te odie, u otros sientan de modo parecido, penetra hasta el fondo de sus almas y mira qué clase de personas son. Verás que no debes atormentarte por la opinión que tengan de ti”.

Es importante la reflexión filosófica, el pensamiento aplicado a la acción, a la vida, no dejar nuestro comportamiento a merced de las pasiones o instinto

Y, en la era de la sobrexposición mediática, de las apariencias y el cultivo de la imagen para poner en valor lo externo, lo que se muestra, encontramos en las Meditaciones algo que ya muchas voces vienen señalando como forma de encontrarnos a nosotros mismos; hemos de dar cabida en nuestras rutinas a la meditación, la reflexión, la intuición, al hecho de  vivir mirando hacia adentro“El soberano interior, cuando actúa de acuerdo con la naturaleza, se adapta siempre con facilidad a los acontecimientos (…) en cualquier momento te puedes retirar en ti mismo. En ninguna parte se encuentra más sosiego y quietud que en la propia alma” “Ahonda en el interior, porque ahí está la fuente del bien”.

Por otro lado, ya señalábamos al principio que nuestro autor se declaraba fiel seguidor del estoicismo, por lo que no faltan tampoco las máximas más conocidas de dicha corriente ética. En primer lugar, la de que no nos afectan las cosas, sino la opinión que tenemos de ellas“las cosas no afectan al alma, están fuera, inmóviles; los problemas solo nacen de la opinión interior, todo lo que ves cambiará enseguida y no existirá…” A la que acompaña irremediablemente la de la consecuente imperturbabilidad del alma: “Si por una causa externa te afliges, no es ella la culpable, sino tu opinión sobre ella: puedes borrar tu opinión cuando quieras” “Puedes acabar con las cosas superfluas que te preocupan y que solo están en tu imaginación” “Las cosas son lo que tú opinas de ellas, y la opinión depende de ti. Elimínala, pues, cuando quieras”.

Las ‘Meditaciones’ están en un libro breve, pero repleto de reflexiones que son auténticas joyas y de plena actualidad

La aceptación, agradecer lo que nos ha tocado vivir, formaría parte también de esa herencia estoica. Marco Aurelio nos invita a acomodarnos a lo que la suerte nos envía y a darnos cuenta de que la dicha depende de un número muy pequeño de condiciones. De nada va a servirnos la queja, más bien al contrario: “Borrar la imaginación, reprimir el impulso, apagar el deseo, mantener el autocontrol” “La filosofía invita a la sencillez y la modestia”.

Las Meditaciones están en un libro breve, pero repleto de reflexiones que son auténticas joyas y de plena actualidad. Podríamos finalizar con unas últimas enseñanzas importantes por lo que significan para la mejora de la sociedad. Nuestro político y filósofo remarca la importancia de que todos colaboremos para el bien común“Hazlo siempre movido por la justicia y el bien común, y no por lo que parezca agradable o popular” “No prestes atención a la maldad.” “Al margen de lo que digan o hagan otros, mi obligación es ser bueno” Considera que lo más humano son el bien y la justicia, que es impropio de hombres actuar con cólera y de manera imprudente. Lo racional es también lo social y la amabilidad y la serenidad han de estar presentes en nuestro comportamiento, más aún cuando se trate de opinar o decidir sobre los demás.

Creo que después de todo esto tiene sentido preguntarse cómo, consejos tan sabios, sensatos y convenientes acaban obviándose pese a haber estado dictados por mentes tan claras y seguir absolutamente vigentes, ¿o no?