El darwinismo capitalista (IX)

Retrato de Spencer por John McLure Hamilton. 1895. (Wikipedia)

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A tenor de que la naturaleza del comportamiento al que nos hemos referido en el artículo anterior, el que el Homo Sapiens Sapiens haya adquirido la capacidad de bucear en apnea durante largos períodos de tiempo; vivir en grandes altitudes donde las concentraciones de oxígeno son bajas; la resistencia a enfermedades contagiosas, como la malaria; o la facultad de digerir la lactasa de la leche tras el destete, constituyen tanto genotipos como fenotipos derivados de una adaptación al medio.

Por otra parte y refiriéndonos ahora a lo que representa el innatismo, (1) este concepto ya sugiere la existencia de un contenido mental que está presente en el momento en el que un organismo nace; es decir, que no es adquirido o aprendido. Y esto podemos verlo incluso entre los animales. Mientras que los podencos poseen al nacer una capacitación especial para la caza, hay otros que como los perros lobos, están dotados de un olfato tan acentuado que son utilizados para rastrear huellas olorosas.

Reconociendo que es preciso bucear en las causas que derivadas de la doctrina de un innatismo racionalista, sostiene que si la evolución de la capacidad de razonar no se elabora exclusivamente a partir de los conocimientos y el aprendizaje adquiridos (especialmente en la individualizada estructuración evolutiva de las circunvalaciones del cortex, especialmente en el área 10 de cerebro), como podemos observar a través de las diferencias que nos muestran los test de inteligencia (IQ), resulta que al darse esta especial estructuración en unos determinados individuos, la continuidad de esta capacitación mental sólo podría mantenerse cuando el resultado de la copula entre estos individuos se hubiera llevado a cabo con  persona cuyos genes conllevaran idéntica mutación en la estructuración evolutiva de su córtex. Algo que con todas las reservas que se derivan de apareamientos entre miembros que conlleven estas mutaciones queda de manifiesto que en cierta medida estas interacciones constituyen unos rasgos característicos de algunos pueblos. A este respecto -como podemos observar a través de la evolución darwiniana de los mismos -, lo que en primer lugar ocurre es que de no existir una población lo suficientemente grande, las generaciones posteriores de estas comunidades están más predispuestas a que en las mismas se provoque una endogamia, y en segundo lugar, que debido a un trastorno de la personalidad en algunos de sus individuos se genere un proyecto tan delirante como inclusivo, (2) como fue el de crear una raza aria.

Por otra parte, aquellos individuos que no hubieran desarrollado esa mutación, o individuos en los solamente uno de ellos la tuviera, en el primer caso o bien que potencialmente ésta no se desarrollaría en el tiempo, o bien, como ha ocurrido con personas que a pesar de no haber recibido de su entorno unas motivaciones que les llevaran a mantener soterradas las exteriorizaciones de esa mutación, han demostrado que esa especialización es potencialmente evolutiva.

Herbert Spencer

Es en este contexto por lo que considero que a pesar de todas las manifestaciones racistas que se han derivado de un innatismo que ha sido espuria y elaboradamente utilizado, tenemos que aceptar que la realidad nos muestra que entre nosotros existen unos Homo Sapiens Sapiens Posteriores, que en un porcentaje indeterminado son los causantes de lo que Herbert Spencer denominó Darwinismo Social. (3)

Unas manifestaciones racistas que son incompatibles con la evolución que representa al verdadero darwinismo. Y digo que son espurias, porque en realidad en la subjetiva manera de interpretar lo que podría ser este darwinismo social, se llego a contemplar la eugenesia como una mejora con la que, perfeccionando al individuo, optimizar la raza humana a través del establecimiento de unas leyes “sociales” y “políticas” con las que “depurarla”.

Cuando observamos lo que ocurre en las economías capitalistas como consecuencia de una doctrina que como la que describió Herbert Spencer, establece una analogía entre las sociedades y los organismos, en base a la ley de la supervivencia de los más aptos como ley de la selección natural. En su primer libro (Social Statistics), predijo que la humanidad eventualmente se adaptaría completamente a las exigencias de la vida en la sociedad, con la consecuente desaparición del Estado. (4) Fue uno de los precursores del liberalismo y del movimiento filosófico y político, el anarcocapitalismo. Una predicción que como darwinismo social, nos ha llevado a que con la proliferación de las riquezas, no se está consiguiendo que esta avenida de recursos se traduzca en una mayor prosperidad de la entidad o cuerpo en el que se ha desarrollado esta abundancia. El enriquecimiento generado ha producido una situación en la que este participio ni siquiera está constituyendo lo que se debería representar con su gerundio.

En este contexto, si asumimos una faceta que como las supuestas diferencias genéticas de las capacidades cognitivas que separan hereditariamente a los Homo Sapiens Sapiens, le aunamos las que también supuestamente concurren en los que aún no las han alcanzado, tanto unos como otros poseen una capacitación que conlleva la habilitación de hacerse consciente de lo que en sí mismo uno es, ambos está investido de la facultad de ejecutar lo que representa un subjetivismo y un objetivismo con los que llevar a cabo la trascendencia de poder modificar lo que estuviera representando la realidad. Un subjetivismo que si por una parte nos permite ejercer el libre albedrío, por otra, de haber recibido el sujeto objeto de este análisis dos alelos dominantes de los genes de sus ancestros, este individuo podría llegar a ser ese depredador que no sólo es responsable de las desigualdades que están separándonos; sino que incluso, por la falta de empatía que caracteriza a los que sufren un trastorno de la personalidad, han convertido esta sociedad en un remedo de comunidad en la que los dominados, ni sabemos, ni desgraciadamente somos capaces de embridar a unos desequilibrados que nos están llevando al holocausto.


(1) El innatismo en filosofía es una teoría que sostiene la preexistencia de ideas o nociones fundamentales del pensamiento de origen innato; es decir, no adquiridas por la experiencia o el aprendizaje. El término innatismo sugiere la presencia de algo (idea o conocimiento) al momento de nacer. En filosofía, todas las diferentes corrientes del innatismo están vinculadas con el racionalismo.

Según la teoría de Chomsky, los seres humanos nacen con una capacidad innata para adquirir y entender el lenguaje. Esta capacidad está presente en nuestro cerebro desde el nacimiento y es la responsable de nuestra habilidad para aprender un idioma.

(2) He utilizado el término "inclusivo" porque lo que Hitler trató de conseguir con lo que consideró la "raza aria" hundía sus raíces en unas poblaciones indo-asiáticas y europeas tan heterogéneas que nos muestran que las razas no existen ni biológica ni científicamente. Los hombres por su origen común pertenecen al mismo repertorio genético. Las variaciones que podemos constatar no son el resultado de genes diferentes. Las "razas" biogenéticamente no existen, pero el racismo sí, como ideología. (Revisra Diálogo Educacional.). Si de "razas" se tratara, hay una sola "raza", la humana.

(3) Según Herbert Spencer, éste consideraba que todos los conceptos científicos eran limitados, por el hecho de basarse únicamente en la experiencia del sujeto, con lo que su conocimiento se asentaba en premisas falsas.

(4) Más que predecir que la humanidad eventualmente se adaptaría completamente a las exigencias de la vida en la sociedad, lo que con más exactitud tenía que haber previsto era que en su defensa de un liberalismo, completa e inconsecuentemente vinculado con el anarcocapitalismo, lo que iba a generar sería el neoliberlismo libertario y un racismo cuya ideología es nacionalista, militarista y racista que actualmente esta representado por la extrema derecha.