Pregúntale a la Poli

Tanto si hemos ido allí como si no, Estados Unidos nos resulta familiar. Gracias al cine, la literatura, los iconos musicales o los tópicos más manidos, sabemos que este gran país es capaz de lo mejor y de lo peor, de la grandeza y de la injusticia, y casi siempre escenario situaciones paradójicas que no dejan de sorprendernos. El mismo día que Obama resultó reelegido como presidente, se votaban en Estados Unidos enmiendas a leyes que regulaban el consumo de cannabis o el matrimonio homosexual en distintos estados. En Seattle fue aprobado el consumo de marihuana con fines recreativos, en el mismo país en el que menores de edad cumplen condenas por posesión de drogas en cárceles para adultos y en el que tienen una de las leyes antitabaco más estrictas del mundo. Aunque las fronteras entre estados o países desaparecen en el mundo virtual (lleno de páginas como Zambeza donde se pueden comprar semillas y explican los diferentes procesos de cultivo y cualidades de cada variedad), noticias como esta llenan de esperanza a consumidores de todo el mundo. Hace unos días, el Departamento de Policía de Seattle publicó una guía para explicar esta nueva norma (que cada estado debe aún desarrollar a partir del sí del referendum) y se ha convertido en un fenómeno viral. Quizás sea por su tono jocoso y porque, aunque lo ha escrito un periodista, la guía (Marijwhatnow) viene de la policía de Seattle, pero han conseguido sacar de la inopia a muchos consumidores.

Y es que parece que lo más difícil para un consumidor de cannabis es aclararse… ¿Puedo comprar cannabis y transportarlo, y si es así hasta qué cantidad se considera legal? ¿Qué legislación tiene cada estado o cada país europeo? ¿Es verdad que en Amsterdam los turistas ya no pueden comprar libremente como ha ocurrido durante años? ¿Es legal cultivar semillas autoflorecientes para consumo propio? Esta guía se detiene en los límites de posesión (en gramos o kilos si es líquida) y la prohibición de conducir habiendo consumido marihuana. Los habitantes del estado de Washington ya pueden agarrarse a algo más sólido que al sí abstracto de un referendum que, sin cifras, es sólo humo (un humo, eso sí, que alegrará la vida a más de uno).