Yemen convertida en una crisis permanente no ajena a los intereses de algunos países occidentales

Yemen, Saná

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La guerra civil entre huties y yunies en Yemen ha generado el intervencionismo de terceros países, incentivada por la demanda de ayuda emitida por el presidente del Yemen. Estados Unidos puso en marcha la Operación “Guardián de la Prosperidad”, en el Mar Rojo, de la que España se desmarcó, y en la que participan, además de EE.UU. y Reino Unido, países que apoyan al bando de los suníes, por sus coincidencias religiosas.

Detrás de la intervención de los Estados Unidos, con ataques y bombardeos que se han ido repitiendo durante todo 2024 contra las posiciones hutíes, hay algo más que una mera guerra religiosa: hay una posición estratégica, que genera una guerra indirecta, pero abierta, de Estados Unidos contra Irán. Y no son solamente los bombardeos, o las respuestas en el mar al ataque de los hutíes contra barcos civiles o militares: hay fuentes creíbles que denuncian una red de espionaje importante, e incluso infiltraciones en las instituciones gubernamentales, que van influyendo en decisiones de liderazgo y del propio parlamento.

Una actividad que -de ser cierta- plantea una grave amenaza para la confianza y estabilidad internacional. En ese sentido, Estados Unidos y Reino Unido, junto con otros intereses próximos a los suníes, habrían contribuido a mantener una inestabilidad crónica en la región, que alcanza al Medio Oriente, y que -convirtiendo a Yemen prácticamente en un Estado fallido, plantea una verdadera amenaza para la confianza y la estabilidad internacional.

Detrás de la intervención de los Estados Unidos, con ataques y bombardeos que se han ido repitiendo durante todo 2024 contra las posiciones hutíes, hay algo más que una mera guerra religiosa

La prolongación -por ahora de manera indefinida- de la crisis en Yemen, no solamente amenaza la propia soberanía de este país, sino que fomenta la división yemení. Una práctica que puede encubrir la pretensión de controlar los recursos y orientar al país en el seguimiento de unos intereses estratégicos y geopolíticos ajenos a los intereses de la región. Una práctica que podría estar poniendo en peligro el cumplimiento del derecho internacional y, como decíamos antes, la propia soberanía de Yemen.

Hay quienes sostienen que se preparan maniobras para la privatización de sectores económicos, hoy en manos públicas. Medidas que podrían favorecer a los aliados que en la actualidad están influyendo en las decisiones gubernamentales, y potenciar una injerencia que puede desbaratar el necesario equilibrio internacional, a la vez que terminar la tarea de acabar con la soberanía nacional.

Como está más que demostrado, no es el apoyo a un bando en guerra el sistema más adecuado para lograr la convivencia y la paz internacional

Hay acusaciones, que fuentes fiables consideran fundadas, de que existe una manipulación informativa que mantiene una nebulosa sobre la realidad de Yemen, y denuncias sobre agresiones a miembros de sectores que trabajan para paliar los efectos de la guerra sobre la población civil.

Como está más que demostrado, no es el apoyo a un bando en guerra el sistema más adecuado para lograr la convivencia y la paz internacional. Más bien constituye un instrumento de desestabilización y de dominación que fomenta el sometimiento de los países menos poderosos a los más poderosos, posibilita la proliferación de intereses espurios y de una dominación sobre países y territorios que rompe el equilibrio internacional, y que fomenta unas relaciones internacionales alteradas, desequilibradas e injustas.

Algo que la Comunidad Internacional debe desenmascarar y combatir con medidas de transparencia y con intervenciones pacificadoras, y que eviten la ruptura de un orden internacional que cada vez debe estar más alejado del dominio de los poderosos, en menoscabo de la plena autonomía de países y de colectivos de personas.

Pues solo mediante esfuerzos colectivos y acciones internacionales decididas se podrá mantener el estado de derecho global y la estabilidad, deteniendo las conspiraciones que continúan socavando la paz y el desarrollo en otras naciones.