La 'nanoeconomía'

Por José Manuel Lago Peñas | Antes que el INE le diera rango de definitivo, el boletín económico del mes de octubre del Banco de España ya avanzaba el fin de la recesión. 

Antes que el INE le diera rango de definitivo, el boletín económico del mes de octubre del Banco de España ya avanzaba el fin de la recesión. En concreto el Banco de España, en su habitual informe trimestral de la economía española, estima que el PIB pasó de caer el 0,1% en el II trimestre a crecer el 0,1% en el III trimestre. Sobre este dato el Gobierno y sus voceros están construyendo un discurso triunfalista absolutamente exagerado y que no se corresponde con la realidad.

Porque el informe del Banco de España hay que leerlo entero, algo que no hacen los propagandistas del PP que ponen todo el foco en esa “nanoeconomía” de las décimas y las centésimas sin tener en cuenta las dinámicas de fondo, que también están en el informe. En primer lugar, y a pesar de esa mínima variación positiva, en términos interanuales en el III trimestre de 2013 el PIB está cayendo el –1,2 %, según el Banco de España.

Y como en media de los tres trimestres la caída es del –1,6 %, con total seguridad el año 2013 se cerrará en recesión en media anual. Aún creciendo el 0,2 % en el IV trimestre, la variación anual del PIB en 2013 sería del –1,3 %. Por lo tanto será otro año más en recesión de forma que desde que el PP gobierna la economía española está en negativo.

En segundo lugar, el cuadro macroeconómico del informe no es nada tranquilizador, ni en el presente ni en el futuro inmediato, porque refleja que se ha avanzado poco, o nada, en corregir los problemas de fondo que lastran la economía española.

En concreto, la demanda interna, que es la clave fundamental para el crecimiento económico, sigue deprimida y se contrae el –0,3 % en el III trimestre, el mismo dato que en el trimestre anterior. Es cierto que hay una redistribución interna en la misma de forma que el consumo privado se estabiliza y la inversión deja de caer y por lo tanto son, otra vez, los recortes en el gasto público lo que deprime la demanda agregada.

Pero en todo caso, la demanda interna sigue en mínimos, en variaciones negativas, y mientras no se supere esa situación no es posible una recuperación sólida de la actividad económica y del empleo.

Es lógico por lo tanto que la inmensa mayoría de la sociedad no perciba en su realidad eso de que “hemos salido de la recesión”, porque tampoco en las cuentas del Banco de España se refleja. Porque lo que explica, contablemente, el cambio de signo de la variación del PIB es la demanda externa, esto es, el saldo exterior de la economía española y no lo que sucede dentro del país.

En el III trimestre la demanda externa aporta 4 décimas al crecimiento del PIB frente a las 2% del II trimestre, un aumento que es la razón exclusiva de ese crecimiento del 0,1% del PIB. Esto es bueno sin duda, pero también hay que analizarlo en detalle para  no caer en falsos discursos. Porque lo que está detrás de esa mejora del saldo exterior no es un aumento de las exportaciones sino un descenso de las importaciones.

En el III trimestre los datos del sector exterior son en realidad preocupantes, las exportaciones dejan de crecer y se estancan porque pasan de una tasa del 6% en el segundo trimestre a tan solo el 0,4% en el III. Y las importaciones se hunden, porque tienen en el trimestre actual una variación negativa del –0,7% frente a un incremento del 5,9% en el anterior.

El saldo exterior no mejora por lo tanto por un aumento de nuestras ventas al exterior, sino porque bajan nuestras compras. Y por lo tanto no estamos ante un crecimiento positivo, ante un aumento de la actividad productiva, sino ante las consecuencias de un escenario de recesión.

Cae la demanda interna y eso hace que importemos menos, y esa caída en las compras exteriores tiene como efecto contable esa mejora en el PIB. No crecimos ese 0,1% porque vendimos más sino porque compramos menos en el exterior.

Ese escenario de recesión se manifiesta en la evolución de otras dos variables, el empleo y la inflación. Según el informe del Banco de España el empleo ha vuelto a caer en el III trimestre un 0,1% que eleva al 3,1% la caída interanual. Es cierto que cae menos que el trimestre anterior pero la realidad es que se sigue destruyendo empleo.

Y por último la inflación, que una vez superado el efecto escalón de la subida del IVA del año pasado, coloca al IPC en el 0,3% interanual, una cifra muy baja que incluso contrasta con el 0,8% en que crece el deflactor del PIB y demuestra que el consumo de las familias está deprimido.