Vicente I. Sánchez. @Snchez1Godotx
Murcof y Sergi Palau fueron los artistas encargados de abrir una nueva sesión del ciclo de música electrónica que organiza anualmente la Sala Verde de los Teatros del Canal. Lo hicieron con "The Alias Session", una arriesgada performance en la que la música electrónica y las imágenes más experimentales se fusionan y retuercen, creando un universo difícilmente descriptible.
"The Alias Session" es una propuesta que abraza sin miedo la música y las imágenes más experimentales y vanguardistas, siendo difícil describir plenamente un espectáculo diseñado para saturar y estimular los sentidos del espectador. No obstante, la performance se presenta como una interesante reflexión sobre los orígenes de la vida y su posterior consolidación y evolución. Murcof y Sergiu Palau comienzan mostrando una especie de ameba, que bien podría ser el origen de la vida en la Tierra, para luego sumergirnos en un ciclo acelerado que concluye con el nacimiento del hombre. En este punto, "The Alias Session" nos ofrece sus momentos más logrados, desnudando numerosos cuerpos y retorciéndolos en una orgía visual y sonora difícilmente describible y en la que el movimiento es la base de todo. Todo esto para que, en su recta final, los cuerpos se desintegren hasta volver al cosmos.
Si acudimos a la información proporcionada por los propios artistas; Murcof es el seudónimo del mexicano Fernando Corona, que lleva dos décadas trabajando en el campo de la música electrónica abstracta y minimalista. En este espectáculo, el artista desarrolla musicalmente un resumen de algunas de las piezas sonoras creadas para la compañía de artes escénicas suiza Alias, dirigida por el bailarín y coreógrafo Guilherme Botelho. Por su parte Sergiu Palau es un artista visual, cofundador del colectivo NiñoViejo, miembro del laboratorio de creación visual Radiante y comisario artístico del festival Volumens.
La unión de ambos talentos da como resultado una experiencia al límite, compleja, con una música envolvente y minimalista que enmarca imágenes muy físicas. En estas, el placer de la carne y el erotismo casi nos remiten al mundo más visceral de Cronenberg. Cincuenta minutos de un viaje galáctico por los orígenes de la vida que plantea soluciones narrativas y estilísticas tan estimulantes como desafiantes. Un error de principiante sería buscar entender cada momento en lugar de dejarse llevar por el cosmos sonoro que Murcof y Sergiu Palau ofrecen en cada sesión. Simplemente, es mejor dejarse llevar.
