FESTIVAL DE ELECTRÓNICA

LEV Matadero 2024: cada año más difícil describir con palabras

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Antonio Descalzo |

La nueva edición del festival de electrónica visual y realidades extendidas celebrada desde el pasado 19 al 22 de septiembre, ya en su sexta edición en Madrid llego cargada de experimentación, creatividad y menajes para la reflexión.

En ciertas ocasiones me asalta la siguiente pregunta. ¿Hasta qué punto es efectiva esta labor?

Me explico, uno trata de escribir unas líneas sobre un concierto, un disco, un festival …etc. El objetivo es trasladar al lector lo que uno ha visto, escuchado, percibido o sentido.

En el terreno musical muchas veces, es labor se hace realmente complicado, por lo menos para un servidor. Como lector, son raras las veces que los cronistas musicales llegan a cautivarme con sus rebuscados adjetivos, comparaciones de contorsionista y subjuntivas difíciles de desatar.

Pues bien, después de haber vivido este pasado fin de semana el LEV Matadero no creo que merezca la pena leer nada sobre ello y creo que tampoco si alguien te lo cuenta.

Solo puede vivirse.

De todas las propuestas que se presentaron en esta edición os hablare de alguna de ellas.

Darren Emerson, no confundir con el integrante de Underworld, expuso su documental inmersivo In Pursuit of Repetitive Beats.

El documental aborda la realidad de la cultura rave que tuvo lugar a finales de los años 80 en Reino Unido.

Un viaje a la ciudad de Coventry a través de unas gafas, unos auriculares y un chaleco transductor.

El trayecto discurrió por el ambiente cotidiano de alguno de los promotores de aquellas fiestas, por uno de los muchos grupos policiales que intentaban reducirlas (eran ilegales) y por los asistentes con los que llegue a compartir pista de baile.

Una experiencia inolvidable bañada del mejor Acid House de la época.

Dentro del mismo espacio, Vortex, en español vórtice, - flujo turbulento o laminar, en rotación alrededor de un eje con trayectorias de corrientes circulares o helicoidales abiertas- encontramos a un viejo conocido de la electrónica mundial como Jean Michel Jarre.

El compositor francés colabora en la pieza The Eye and I del premiado artista taiwanés Hsin-Cgien Huang.

Con este proyecto, nos invitan a reflexionar sobre el concepto de vigilancia que históricamente nos han infligido desde diferentes estructuras de poder.

Para ello Huang nos sitúa en la celda de una prisión (al más puro estilo The Cube) en la que de forma interactiva vas pasando por muchas otras para acceder a un cosmos de fantasía y simbolismo.

Religión, tecnología, conflictos bélicos y estructuras sociales representadas con el telón de fondo de la electrónica de Jarre, arreglos melódicos, sintéticos y estimulantes.

Otra propuesta a destacar fue The Thrid Reich. Una videoinstalación en la que se exponen todos los sustantivos que figuran el en diccionario italiano traducidos en este caso al español, a una velocidad velocidad vertiginosa encuadrada en el ritmo de una musical industrial cada vez más inquietante e hipnótica.

Romeo Castellucci, conocido creador teatral, nos coloca ante una realidad contemporánea.

Mensajes cada vez más difíciles de digerir ante la velocidad de la comunicación.

Una falta de percepción que lleva al espectador a fijar la mirada en cómo cambian las formas de las letras.

Una metáfora de la realidad, tan certera como potente.

El sonido corre a cargo del músico electro acústico Scott Gibbons. Una secuencia notablemente acertada para expresar lo que hoy en día es la comunicación. Lenguaje violento que se traduce en incomprensión y apatía.

Para concluir, tuve la fortuna de disfrutar de uno de los directos de los que se componía el festival.

NAH, percusionista y “artesano” del sonido electrónico, presento el espectáculo audiovisual Totally Recalled.

El artista americano deleito al público con un directo compuesto por una batería, un puñado de samplers y unos visuales.

Estiramientos de antebrazos, muñecas, falanges y movimiento articular, pusieron sobre aviso al público.

El de “Philli” cargo con todo sobre su batería. Un ejercicio admirable para mostrarnos sus influencias, sus gustos y su forma de interpretar una música que incluye su propia puesta en escena. Generos como el punk, el hip hop o el rock industrial podrían servir como traducción a un repertorio enérgico, caótico y punzante.

Los samplers en los que se apoyó se mezclaron con ritmos, contra ritmos, texturas acidas, cortantes que agitaron desde muy pronto al público asistente.

A la salida del show solo pude escuchar frases en la que la palabra intensidad era el denominador común.

Para terminar, me gustaría destacar la calidad del sonido del que hemos podido disfrutar los asistentes durante todo el festival en cada uno de sus espacios.

La electrónica en un espacio museístico es más estimulante que en el mejor de los clubs posibles.Tomen nota.

Agradecer a la organización del festival su selección, su atención y la pasión que le han puesto a cada acto.