HISTORIA DE LAS CIVILIZACIONES

El misterio de los pueblos anasazis

Pueblo bonito, la enigmática ciudad de los anasazis abandonada en el siglo XII

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A finales del siglo XIX, exploradores, aventureros y arqueólogos descubrieron en Estados Unidos una serie de yacimientos sorprendentes como Mesa Verde, en Colorado, o Pueblo Bonito en el cañón del Chaco, en el estado de Nuevo México

  1. SU HISTORIA
  2. SU CULTURA
  3. SU ALIMENTACIÓN
  4. ARTESANOS Y COMERCIANTES
  5. SUS CREENCIAS RELIGIOSAS

Se trataba del legado de los anasazi, un pueblo indígena desaparecido misteriosamente hacía mucho tiempo. Es la mayor civilización de Norteamérica.

Formaban una cultura arqueológica amerindia de la superárea cultural de Oasisamérica. Ocupaban la superficie de los estados actuales de Colorada, Utah, Arizona y Nuevo México. Su civilización ha dejado varios vestigios populares y litúrgicos en distintos lugares, de los cuales dos han sido clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Las ruinas de Mesa Verde, en el parque nacional del mismo nombre, Colorado

Los restos encontrados por los arqueólogos demuestran un conocimiento de la cerámica, de los tejidos y de las formas de riego. Dibujaban símbolos que no han sido descifrados y observaban los desplazamientos solares. 

Se considera que los descendientes actuales de los anasazis son los indios pueblo [1], entre ellos los zuñies y los hopis; aunque no se conoce con seguridad si hay continuidad étnica entre ellos y los antiguos anasazis, o si la continuidad es solo geográfica. 

SU HISTORIA

Los viejos indios pueblo son étnica y lingüísticamente diversos, pero se desconoce si los anasazis originales formaban un único pueblo o conjuntos de pueblos diferentes que compartían una cultura similar.

Una excavación en Cowboy Wash, cerca de Dolores en el estado de Colorado, encontró los cadáveres de al menos de veinticuatro humanos con evidencia de violencia y desmembramiento, con fuerte evidencia de canibalismo alrededor del año 1200 d. C. 

Otras excavaciones en el área cultural de los antiguos Pueblo han producido evidencia de cadáveres insepultos y a veces desmembrados. En el año 2010, Potter y Chuipka propusieron que la evidencia hallada en Sacred Ridge, cerca de Durango en el estado de Colorado, debe interpretarse como acciones de guerra ligadas a la competencia por los recursos y produciéndose limpieza étnica.

La civilización de los anasazis desapareció completamente antes de la llegada de los españoles a América en el año 1492. Se ignora, ya que no hay pruebas escritas, con qué nombre se designaban a sí mismos, y su posible conexión étnica con los pueblos modernos es materia de debate en la actualidad. 

De hecho, el término anasazi es solo el nombre que le dan los navajos contemporáneos al antiguo pueblo constructor de ciudades. La palabra anasazi significa “antiguos enemigos”, y con toda probabilidad no habría estado relacionado étnicamente con los navajos sino con los indios pueblo. 

Los historiadores reagrupan bajo la designación anasazi a distintas culturas similares que residieron en la misma zona: los Hohokam, los mogollón y los pataya, desaparecidos todos antes del siglo XVI.

La región anasazi

Se extiende por los cuatro estados del suroeste norteamericano. Colindante con las culturas: Hohokam y Mogollón. Los emplazamientos arqueológicos más importantes son Mesa Verde, Cañon del Chaco y Acantilado Gila

Los primeros grupos humanos que pasaron a poblar América lo hicieron hace al menos veinte mil años. Bandas de cazadores-recolectores paleoindios ocuparon el suroeste de Estados Unidos hace unos doce mil años. 

Los arqueólogos han desenterrado herramientas líticas de esta población en numerosos sitios asociados a la cultura Clovis [2]. En un primer momento, estos grupos cazaban grandes animales que se extinguieron rápidamente como los mamuts. Tras la última glaciación, el clima se hizo más seco y caluroso. 

Los olmecas practicaban en México las plantaciones de maíz desde el segundo milenio antes de Cristo. Fueron sustituidos por las sucesivas civilizaciones de Teotihuacán, zapotecas y aztecas. Estos últimos eran contemporáneos del apogeo de la civilización anasazi. 

Con la llegada de los españoles en el siglo xvi, las culturas amerindias sufrieron mutaciones radicales. Los grandes imperios desaparecieron y las distintas tribus pueblos sustituyeron a los anasazis.

La historia de los anasazis sigue siendo un misterio debido a la ausencia de rastros escritos. La arqueología permite, sin embargo, establecer unas fases cronológicas de fechas aproximativas. La región del suroeste de los Estados Unidos fue ocupada por poblaciones de tradición sohara entre los años 5500 a. C. al siglo iv. 

Los Basketmakers o cesteros se implantaron en los territorios montañosos y semiáridos poco antes de la era cristiana. Los anasazis sucedieron a los Cesteros hacia el siglo viii. 

La sedentarización progresiva de los cazadores-recolectores asociada al desarrollo de la agricultura, provoca el surgimiento de una nueva cultura llamada de los Pueblos, que se corresponde en referencia a las poblaciones construidas con ladrillos que los anasazis de Mesa Verde instalan abrigándose en los acantilados de los grandes cañones del río Colorado. 

El inicio de la cultura de los Pueblos tiene tres periodos:

  • El periodo Pueblo I, que va del año 700 al año 900,y se caracteriza por pequeñas casas solitarias y el cultivo del algodón. 
  • El periodo Pueblo II, que va del año 900 al año 1100, y marca el apogeo de la cultura anasazi, firmado por un enriquecimiento de los adornos. 
  • El periodo Pueblo III, que va del año 1110 al año 1300, y marca el deterioro de la cultura y su repliegue a Mesa Verde con unos poblados trogloditas rudimentarios.

A partir del año 1300, los anasazis se refugian en el valle del río Grande y en el centro del estado de Arizona. Ahí se pierden sus huellas poco antes de la llegada de los españoles. Las razones de este éxodo no son conocidas. 

Existen varias hipótesis: 

  • Un cambio climático que amenazó las cosechas
  • Un medio físico deteriorado que redujo las tierras cultivables disponibles
  •  Sobrepoblación
  •  Problemas políticos o tal vez guerras

No obstante, dada la ausencia de documentación escrita y la limitación de los conocimientos actuales no es posible probar ninguna de dichas hipótesis.

SU CULTURA

Los arqueólogos han encontrado restos de esta cultura en cuatro estados norteamericanos. Los paisajes de estas zonas son grandiosos, pero las condiciones naturales dificultan la vida humana. La aridez marca la mayor parte de la zona que toma un aspecto desértico o semidesértico. 

Los dos ríos más importantes que recorren estas tierras son el río Grande y el río Colorado. Es frecuente ver arroyos que surcan el paisaje pero que no llevan agua. La latitud es otra penalidad. Los inviernos son fríos y la nieve recubre el suelo. La diferencia de temperaturas entre el verano y el invierno es bastante considerable. 

Ruinas anasazi,
Cañón de Chelly en Arizona

La geología de la región es bastante compleja y ofrece todo tipo de materiales, desde la arenisca a la roca volcánica. La flora y la fauna dependen de la altitud, la aridez y la naturaleza del sedimento.

Sin embargo, los anasazis sabían utilizar los recursos naturales y respetar el equilibrio. Recolectaban las hojas de la yucca [3], sabían practicar la irrigación e importaban los productos que no eran capaces de encontrar en la región.

Los anasazis estaban en contacto con otras culturas amerindias próximas. Los hohokam y los mogollón son los más conocidos. Compartían, hasta el punto que los científicos los reagrupan en una sola categoría, varios rasgos comunes: irrigación, caza, pueblos en adobe, ladrillo o piedra, cerámica decorada, relaciones comerciales con Mesoamérica. Se diferencian en aspectos como que los hohokam incineraban a sus muertos y los mogollón eran sobre todo cazadores.

Aspectos materiales y tecnológicos

La arqueología a descubierto una gran variedad de casas y poblaciones anasazis. Las viviendas más antiguas eran muy modestas, casas primitivas pequeñas pero lo suficientemente grandes para alojar a una familia. 

Las primeras viviendas que levantaron fueron del tipo casas-pozo superficiales de simple estructura. Posteriormente, las construyeron haciendo el hoyo más hondo y con un hueco en el techo que hacía de chimenea y entrada.

Dentro de las habitaciones cavaron un pozo central que llamaban sipapu, que simboliza el lugar donde la humanidad había emergido desde el mundo interior. Con el transcurso del tiempo esta modalidad de casa dio origen a las kivas ceremoniales.

Tenían cimientos poco profundos. El tejado estaba hecho con tierra y ramas. El fogón se encontraba en el centro. Con el crecimiento demográfico, las viviendas se reagrupan en aldeas. Este hecho manifiesta una organización colectiva.

Posteriormente, comenzó su expansión y para esa época ya construían los edificios con piedras y sobre el nivel del suelo. Ya en el año 700 d. C. en Mesa Verde se construyeron viviendas dentro de las cavernas naturales al borde de los precipicios.

A partir del siglo x, estos pueblos pueden alojar varios centenares de habitantes. Se sitúan en mesetas como en Cañón Chaco entro los años 950 al 1100 o abrigándose bajo los acantilados de Mesa Verde entre los años 1100 y 1300.

Dicha expansión alcanzó su máximo hacia el año1.100 d. C. Tenían un gran conocimiento sobre los periodos solares y equinoccios. Presentan urbanizaciones de poblados con mampostería de piedra de varios pisos, acequias de riego y manufacturas de vasijas cerámicas.

Destaca Pueblo Bonito que tuvo cerca de 800 habitantes y 25 kivas, que eran las construcciones circulares para el culto

Pueblo Bonito y Chetro Ketl son dos de los lugares más relevantes de los 125 asentamientos distribuidos a lo largo de la cuenca del río San Juan en el Cañon Chaco y formaron un verdadero sistema económico entre los años 950 y 1200 d. C

Debemos saber que estos asentamientos estaban provistos de residencias, almacenes, recintos ceremoniales, edificios públicos y estuvieron totalmente comunicados por una red de caminos de más de 400 km.

Esta red de caminos de los anazasi se pudieron observar a través de distintos planos aéreos que comprobaron que estos se extendían alrededor de los principales centros poblacionales y que fueron empleados para el transporte

No se sabe con seguridad si el Cañon Chaco fue un centro de culto y comercio con ciudades independientes unidas al sistema, o sí fueron colonias establecidas para dar salida al excedente demográfico que sufrieron.

Sin embargo, aparecen diferencias entre estos núcleos urbanos, ya que se organizan con algunas maneras diferentes. Esto produce distintas ramas culturales de los anasazis, destacando San Juan del Norte, Chaco, Kayenta, Virgen y Río Grande.

La situación de esta civilización cambia radicalmente a partir del año 1200 d.C. debido a un cambio climático que se produjo sobre esa fecha, produciéndose una gran sequía debido a la gran escasez de lluvias.

Este fenómeno rompió el ecosistema existente debido a la fragilidad de este territorio y además debemos añadir que fueron atacados con bastante frecuencia por las tribus dene que eran los navajos y apaches. Todos estos factores hicieron que todos estos poblados fueran abandonados.

No se sabe cuál fue el destino de los anasazis cuando abandonaron estos poblados. Sin embargo, años más tardes aparecen en la región de los ríos Pequeño Colorado Grande, produciéndose la construcción de grandes poblados combinados con cuevas como la meseta de los Pajaritos, Nuevo México y que duraron hasta la llegada de los españoles.

La orientación de los pueblos protege de la lluvia y la nieve en invierno y de los mayores calores del verano. Además presentan la ventaja de ser una protección natural frente a los ataques enemigos. En cambio los alejaban de las plantaciones, haciéndolas menos accesibles a los habitantes.

Materiales utilizados en las viviendas anasazi.
Wupatki National Monument, en Arizona

Los muros de las casas están hechos con una especie de adobe llamado jacal en México, aplicados a unas rejillas hechas de madera. Las construcciones mejor conservadas tenían una estructura de piedra unida por mortero. 

También conocían el ladrillo totalmente cocido. En distintos pueblos, ciertas casas guardan huellas de pintura decorativa​ sobre un revestimiento de yeso, arcilla o directamente sobre el adobe.

El tejado estaba recubierto por capas de arcilla y ramas mantenidas por troncos. Las casas inicialmente tenían un solo nivel, pero podían elevarse hasta en dos pisos suplementarios. 

Varias habitaciones rectangulares en la planta baja estaban reservadas al almacenamiento del alimento. La vida cotidiana se realizaba sobre todo en las terrazas de estas viviendas.

Los arqueólogos se han interesado sobre todo en estos pueblos por las plazas y las kivas. Las kivas, inicialmente reservadas al reposo, acabarían usándose para ceremonias religiosas.

SU ALIMENTACIÓN

Agricultores sedentarios, los anasazis cultivaban en campos que situaban en las proximidades de sus viviendas. Producían maíz, alubias, calabazas y tabaco. Todas estas plantas son originarias de Mesoamérica y eran fundamentales en las civilizaciones precolombinas. 

Los campos se situaban en las mesetas hasta dos mil cien metros por encima del nivel del mar. A más altitud, las condiciones eran demasiado duras para el cultivo. Sus herramientas agrarias estaban hechas de piedra y madera como la azada, pala, pues los anasazis no dominaban las técnicas metalúrgicas. 

Este pueblo adaptó progresivamente las técnicas de irrigación provenientes de México, ya fuera extrayendo agua de los ríos o construyendo reservas de agua de lluvia. Hicieron pequeños embalses, canales y depósitos que atestiguan una organización comunitaria. 

Una parte del cultivo era almacenada en las casas para periodos menos propicios. El maíz y las calabazas eran secados y almacenados. Recuperaban los piñones calentando las piñas, para consumirlos directamente o elaborar tortas. 

Las pipas de girasol eran almacenadas en jarras una vez desgranadas. Los cereales se almacenaban en recipientes cerrados para protegerlos de los roedores e insectos Aparece en el siglo V una pieza de alfarería decorada con líneas o puntos, probablemente derivado de elementos de cestería. 

Más tarde el diseño se complica con representaciones de animales o de humanos. Los colores difieren según las regiones: negros y blancos en Colorado, negro y rojo al norte de Arizona, rojos y gamuzados en Utah. La alfarería acaba siendo ricamente decorada con distintos esquemas incrustados antes de la cocción por espigas de cereales, yuca o conchas.

Aunque habían abandonado el nomadismo siglos atrás, los amerindios del suroeste americano nunca abandonaron completamente la caza-recolección practicada por sus antepasados. Piñones, bayas, frutos salvajes, higos chumbos constituían complementos a la dieta. 

La caza la encontraban en las mesetas como eran los bisontes, venados y antílopes o en las montañas como venados o muflones. Capturaban animales más pequeños como conejos, ardillas y pájaros con trampas o redes de yuca.

Los pequeños animales eran la fuente principal de proteínas, los animales más grandes eran troceados directamente en el lugar de caza. Se guardaban las pieles y tendones para otros usos. La cría de pavo servía únicamente para la obtención de plumas, ya que no los consumían.

Para la preparación de las comidas encendían el fuego frotando un palo contra una placa de madera, el fuego se mantenía en un agujero hecho directamente en el suelo. Para cocinar utilizaban herramientas de tierra cocida, de madera o de hueso. Para hervir los líquidos introducían piedras calientes en el interior de los recipientes de tierra, ya que estos no podían ponerse directamente al fuego.

ARTESANOS Y COMERCIANTES

Los hombres tejían el algodón para hacer mantas y camisas. Empleaban otras fibras vegetales como la yuca y pieles o cueros para sus ropas. Llevaban sandalias y mocasines y probablemente zapatos adaptados a los periodos invernales.

Las joyas eran corrientes como collares, pendientes, brazaletes, brochas y peines de madera, hueso, coral o azabache o en piedras donde usaban la turquesa. Incluso se han encontrado instrumentos musicales como una flauta de hueso.

Los anasazis importaban conchas de California, perlas y cobre y loros de Mesoamérica, algodón y silimanita [4]. Los comerciantes utilizaban una amplia red de senderos pero no había verdaderas rutas comerciales. Los ríos de la región además no eran navegables.

Pueblo Bonito en Cañón Chaco, se ha confirmado como el gran centro comercial de los anasazi. La región está atravesada por un gran número de vías que unen una centena de pueblos. Los anasazi no conocían el sistema monetario y usaban el trueque para el comercio.

SUS CREENCIAS RELIGIOSAS 

Los anasazis dejaron numerosos petroglifos en los acantilados del desierto norteamericano en gres. Se trata de dibujos más o menos estilizados, grabados en las paredes de los cañones. Algunos de esos dibujos están pintados en la roca. Pueden estar solos o cubrir varios metros cuadrados. 

Los dibujos pueden superponerse durante periodos muy largos, por lo que petroglifos muy antiguos pueden estar entremezclados con otros del siglo xix. Los arqueólogos solo pueden elaborar hipótesis sobre su significado.

Varios tipos de petroglifos están relacionados con los solsticios de verano e invierno. Los de Fajada o Hovenweep National Monument indican claramente esos momentos del año. Las alineaciones de edificios prueban que los anasazis sabían prever el ciclo draconítico lunar de 18,6 años.

Se ignora si existía un clero religioso estructurado. Se sabe que ciertas personas tenían visiones cuando tomaban sustancias alucinógenas. 

Las ceremonias se practicaban en altares de los cuales se han conservado algunos ejemplares de madera pintada. Las excavaciones permitieron encontrar báculos de oración que eran ofrecidos a los espíritus. El Cañón del Chaco parece representar para ciertos estudiosos un gran centro de peregrinación de las poblaciones circundantes.

Los anasazis adoraban el dios Kokopelli y a lo kachinas, espíritus invisibles. Existían ceremonias colectivas destinadas a invocar a los espíritus para que protegieran a la comunidad. Se organizaban en las kivas. La religión de los anasazis era pues próxima a la religión animista. Se encontraron restos de un loro enterrado ritualmente en Nuevo México.

Las kivas eran habitaciones circulares excavadas en el suelo y recubiertas de un techo. En la parte baja del suelo, se descendía por una pequeña escalera para practicar el culto o reunir al consejo del pueblo. 

En el centro se encendía una hoguera y el humo se sacaba por un tubo de ventilación con deflector. Las kivas más grandes podían dar cobijo varias centenas de personas sentadas en taburetes de piedra. 

Las grandes kivas de Cañón del Chaco tenían un diámetro de 18 metros y estaban subdivididas en partes según los puntos cardinales. Las fiestas religiosas relacionadas con los ciclos agrícolas se celebraban en estas habitaciones y estaban reservadas a los hombres.

Su organización social

Se organizaban probablemente alrededor de un sistema matriarcal, donde la pareja se instala en la casa de la madre de la esposa y tienes una estructura matrilineal. Las mujeres son las propietarias del patrimonio familiar, casa y terrenos. 

El marido integra con el matrimonio el clan de la esposa, y a ésta le estaba permitido divorciarse. Los arqueólogos no están seguros de que los anasazi vivieran en clanes, creen más bien que se organizaban en un sistema igualitario, sin agrupaciones sociales jerarquizadas.

Civilización anasazi 

Para Jerry J. Brody, la cultura anasazi es de la que tenemos mayor constancia de las culturas prehistóricas del suroeste norteamericano. Parece probado que los anasazis no tenían escritura, ni rueda ni moneda. Tampoco conocían la metalurgia.

Sin embargo, el desarrollo textil, algodón, el dominio de la irrigación, de las construcciones en piedra con varios pisos es de lo que hay mayor constancia. En Pueblo Bonito las había hasta de cinco pisos y los conocimientos de astronomía dan testimonio de una cultura rica y dinámica. 

Si se considera que existe una civilización cuando existe cierto grado de urbanización, los anasazis lo eran, ya que ciertos pueblos podrían haber contado hasta con seis mil habitantes. Los pueblos del Cañón del Chaco habrían formado una aglomeración de quince a treinta mil habitantes.

Los anasazis consiguieron edificar en lugares inaccesibles sin fuerza animal ni herramientas metálicas. Las grandes casas de Cañón del Chaco necesitaron para su construcción de millones de bloques de gres y varias centenas de millares de vigas. Por todo ello, cabe considerar que aún no se han revelado todos los misterios sobre la civilización de los anasazis.

Sandalia en yuca, siglo xii. Cañón Chaco

Si bien muchos aspectos de la historia de los anasazis que no son conocidos debido a la inexistencia de fuentes escritas, existe evidencia material de que ejercieron una presión excesiva sobre el ambiente. 

Esto podría haber provocado un colapso ecológico por la sobreexplotación de los bosques cercanos, lo cual a largo plazo podría haber tenido efectos adversos en el clima de la región y el nivel de erosión del terreno. 

La cultura anasazi es uno de los ejemplos arquetípicos tratados por Jared Diamond en su libro “Colapso por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen” dedicado al colapso social de diversas culturas antiguas por problemas de falta de sostenibilidad ecológica.

Fuentes de la historia de los anasazis

Se dispone de distintas fuentes para reconstruir la existencia de los anasazis:

  • Los relatos tradicionales de los pueblos amerindios transmitidos oralmente. La artesanía y las creencias de los descendientes de los anasazis permiten formular una serie de hipótesis serias.
  • El testimonio de los conquistadores españoles que exploraron la región a partir del siglo xvi. La expedición más importante fue la de Francisco Vázquez de Coronado, que buscaba la ciudad de oro de Cibola. Las crónicas y cartas enviadas por los exploradores son una fuente muy importante de informaciones siempre que se tomen con precaución.
  • A finales del siglo xix, los granjeros Charley Mason y los hermanos Wetherill descubrieron los principales emplazamientos anasazis. Las excavaciones arqueológicas empezaron realmente con el sueco Gustav Nordenskjöld. 

Bibliografía

Cordell, Linda S., “Prehistory of the Southwest”. 1997. Academic Press. Nueva York. 
Cordell, Linda S. “Ancient Pueblo Peoples”. 1994. St. Remy Press and Smithsonian Institution. 
Fagan, Brian M. “Ancient North America: Tha Archaeology of a Continent”. 1991. Thames and Hudson. Inc., New York. New York.. 
Fagan, B. “Chaco Canyon: Archaeologists Explore the Lives of an Ancient Society”. 2005. Oxford University Press. 
Jennings, Jesse D. “Glen Canyon: An Archaeological Summary”. 1998University of Utah Press, Salt Lake City, Utah, 
LeBlanc, Steven A. “Prehistoric Warfare in the American Southwest”. 1999. University of Utah Press. Salt Lake City, Utah. 
Plog, Stephen. “Ancient Peoples of the American Southwest”. 1997. Thames and Hudson, London, England, 1997. Sofaer, Anna. “The Mystery of Chaco Canyon”. 1999. South Carolina Educational Television


[1] Se usa el término “indios pueblo” para referirse a todas las civilizaciones indias autóctonas con una arquitectura típica en pequeños pueblos, presumiblemente descendientes de los anasazi. Los indios hopi utilizan más bien la palabra Hisatsinom, ya que consideran la palabra anasazi como despectiva
[2] Fue considerada a mediados del siglo XX como la cultura indígena más antigua del continente americano. Su datación por radiocarbono calibrada indica un periodo entre el 10 600 y el 11 250 a. C. Esa época corresponde a los últimos años de la Dryas Reciente (la última era de hielo)
[3] Yucca es un género de plantas suculentas compuesto por 55 especies​ de la subfamilia Agavoideae nativas de Norte y Centroamérica, caracterizadas por sus rosetas de hojas con forma de espada y por sus racimos de flores blancas. No debe confundirse con el nombre común yuca 
[4] La sillimanita es uno de los tres silicatos de aluminio polimórficos. Los otros dos son la andalucita y la cianita. Una de las variedades de sillimanita más conocida es la fibrolita, denominada así porque su apariencia es similar a un ovillo de fibras. Ambas formas, la tradicional y la fibrosa son tipos de metamorfismo de rocas sedimentarias