ENSAYO | FILOSOFÍA

'Frágil felicidad', de Tzvetan Todorov

Tzvetan Todorov falleció en febrero de 2017.

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Francisco Nieto |

Rousseau es uno de los autores que ha contribuido con más fuerza a configurar nuestra identidad moderna. No sólo sus coetáneos como Kant, Goethe, Hegel y otros sino todos los pensadores posteriores, que hasta el presente han investigado las contradicciones entre naturaleza y civilización, han vuelto una y otra vez a las ideas de Rousseau y a sus planteamientos radicales.

Tzvetan Todorov, nacido en 1939 en Sofía, llegó a París a principios de los años 1960, vivió la mayor parte de su vida en Francia y escribe su obra en francés. Pero todavía se veía a sí mismo como un “hombre fuera de su elemento”. Esta experiencia alimentó su interés por el diálogo entre culturas y su vigilancia contra todas las tentaciones totalitarias. ¿Qué parte búlgara guardó en sí mismo, qué relaciones mantuvo con su país natal?

Esta traducción es doblemente bienvenida. Pone a disposición en castellano una importante obra sobre Rousseau escrita por un autor notable por derecho propio, e incluye una visión exhaustiva del pensamiento social de ese autor, con especial referencia a la relación intelectual de Todorv con Rousseau. Así, el volumen ofrece a los lectores una interpretación perspicaz de Rousseau, que lo presenta explícitamente como un teórico moral, y una introducción a lo que él llama un humanismo crítico.

En la década de los ochenta el autor centró su atención en cuestiones de filosofía social. Desde entonces, ha estudiado las contribuciones de los pensadores franceses a la tradición humanista, escribiendo en particular sobre Montaigne, Montesquieu y, especialmente, Constant, así como sobre Rosseau. Todorov aborda el humanismo desde una posición crítica; no sólo busca dilucidar los significados de las obras históricas que aborda, sino también evaluar su valor de verdad. Como veremos en breve, a pesar de su atracción por ciertos elementos de la visión de Rousseau, es implacable en su rechazo de otros elementos que, según él, son insostenibles. No obstante, Rousseau desempeña un papel crucial en la noción de humanismo crítico de Todorov.

Este ensayo ofrece a su vez un análisis profundo de los puntos decisivos del pensamiento de Rousseau, guiándose por una pregunta principal: ¿cuáles son las sendas que se abren ante el hombre enredado en la existencia y qué espera al final de cada recorrido?

Para responder a su interrogante, Todorov utiliza una nueva estrategia de la crítica literaria que implica el retorno a una lectura humanista y moral de los textos de Rousseau. Hay tres caminos posibles: el de la naturaleza, el de la civilización y un camino intermedio, de reconciliación entre ambos extremos, que es la verdadera senda moral. Pero esta senda no lleva automáticamente a la perfección. Rousseau conocía mejor que nadie las debilidades humanas y nuestra necesidad de conformarnos con la precariedad existencial y con una frágil felicidad.

Como ocurre con todos los grandes escritores, Jean-Jacques Rousseau no tiene una, sino múltiples, facetas. Uno puede amarlo (u odiarlo) por razones muy diferentes. Algunos lectores lo ven principalmente como el maestro de prosa francesa, y ciertamente es difícil resistirse a su estilo, no menos polifacético que el propio autor. Consideremos la gran distancia entre las fórmulas deslumbrantes de su Discurso sobre el origen de la Desigualdad y las palabras extremadamente sobrias y apenas audibles en ¡Ensueños del Caminante Solitario!. Otros lectores se sienten atraídos por el explorador intrépido del yo, el autor de la primera búsqueda autobiográfica verdadera, que sería copiada e imitada sin cesar durante los dos siglos desde su muerte hasta nuestros días.