La obra maestra de Massive Attack deslumbra en Kalorama

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Seis años después de la polémica cancelación de Massive Attack en el Mad Cool, la banda de trip hop de Bristol finalmente se presentó en Madrid como cabeza de cartel en la última jornada del festival Kalorama. 

¿Ha merecido la pena la espera? La respuesta es un rotundo sí. La banda, liderada por Robert Del Naja y Grant Marshall, ofreció un espectáculo completamente nuevo y excepcional, donde la música y los audiovisuales se integraron de manera única. Una de esas obras maestras que no dejan indiferente y que, con el tiempo, se acaban convirtiendo en clásicos.

Es bien sabido que Massive Attack es una banda profundamente activista y reivindicativa, especialmente crítica con la situación actual en Palestina y con el papel de Israel y EE.UU. en la masacre que está ocurriendo en Gaza. Por ello, no debería sorprender a nadie que su espectáculo sea, ante todo, una contundente declaración política contra Israel, donde Netanyahu recibe más de un golpe y abucheo durante el concierto. Robert Del Naja se muestra siempre frontal, luciendo un brazalete en apoyo a Palestina. 

Massive Attack es una banda profundamente activista y reivindicativa, especialmente crítica con la situación actual en Palestina y con el papel de Israel y EEUU

No obstante, no solo se habló de Israel. Massive Attack presentó un show muy reivindicativo en el que se abordaron temas como el control mental, los experimentos sociales, las fábricas de armas y las fake news, por mencionar solo algunos. Además, Putin y su invasión de Ucrania también fueron objeto de numerosas críticas. 

Massive Attack nos ofrece un espectáculo que requiere paciencia y atención, con numerosos textos (traducidos al español en esta ocasión) que demandan silencio y concentración y, sobre todo, un comportamiento crítico por parte del espectador. Esto no va solo de bailar y dejarse llevar por sus sonidos. Por ejemplo, se pudo ver un contador interminable que mostraba la cantidad de dinero que EE.UU. ha gastado en ayuda militar para Israel hasta la fecha: 297.000 millones de dólares.

Se suele decir que Robert Del Naja es, en realidad, Banksy. Aunque esto está lejos de ser demostrado y confirmado, lo cierto es que los visuales que la banda proyecta durante el espectáculo parecen apoyar esta teoría. Se trata de videos de arte urbano y pop, en los que la crítica, la sátira, los anuncios publicitarios y las películas antiguas se combinan para crear un espectáculo impresionante. Una joya pop art más propia de museos que de festivales de música.

Centrémonos ahora en lo puramente musical. Massive Attack ofreció un concierto impecable, muy serio, recordando que son una de las bandas más legendarias de la actualidad y que sus sonidos mutantes han marcado un hito en el trip hopy las melodías más progresivas. Fue un concierto magistral, sin fallos, en el que sonaron temas como ‘Unfinished Sympathy’, ‘Rockwrok’, ‘Teardrop’ y ‘Safe From Harm’. Como suele ser habitual, la banda de Bristol estuvo acompañada por las voces inconfundibles de Deborah Miller, Elizabeth Fraser y Horace Andy. 

Massive Attack presentó un show muy reivindicativo en el que se abordaron temas como el control mental, los experimentos sociales, las fábricas de armas y las fake news

El concierto fue épico, en una jornada que comenzó con cierta preocupación por parte de los espectadores debido a la lluvia del día anterior, que había provocado la cancelación de Raye y Soulwax. Por suerte, no llovió, y se pudo disfrutar de una jornada muy interesante, llena de buena música. Por ejemplo, Jungle hizo bailar a todos los asistentes con su magnífico R&B, soul y funk, originado en Londres, y Peggy Gou cerró la noche, recordándonos por qué es una de las DJ más destacadas del momento. 

Mención especial merece el concierto de Sam Smith, quien volvió a demostrar que es uno de los cantantes más divertidos y seductores de la actualidad, con un espectáculo elegante y lleno de buenas coreografías. Como bien explicó en todo momento, su concierto es absolutamente libre, orgullosamente gay, y sus grandes éxitos, como ‘I'm Not The Only One’, ‘Too Good At Goodbyes’ y su versión junto a Disclosure, son imposibles de no bailar.

A pesar de cancelaciones dolorosas como la de The Smile y de los problemas ocasionados por la lluvia, la primera edición del Kalorama ha dejado muy buenas sensaciones. Un total de 41.500 asistentes disfrutaron de los tres días que duró el festival, en los que conciertos como los de LCD Soundsystem, Prodigy y The Postal Service dejaron un nivel muy alto. Con la esperanza de que se celebre una segunda edición, solo queda decir: ¡viva la música en directo!