FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

‘Parthenope’: las benditas obsesiones de Sorrentino

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Aquí encontramos a Sorrentino en estado puro, con sus benditas y siempre sugestivas obsesiones. El propio título, ‘Parthenope’, la sirena que no consiguió hechizar a Ulises, alude a esa ciudad que ama demasiado pese a sus metamorfosis: Nápoles. Una vez más reflexiona sobre la belleza y sus encantos, los misterios del deseo y las trampas del sexo. Esa juventud efímera de la que no somos conscientes en su momento y solo ponderamos después. Los recovecos del arte de la seducción y el atractivo de la inteligencia. Tampoco falta la iglesia con sus milagros y la paralela devoción por el fútbol que profesan los napolitanos.

Hay que rendirse ante la belleza de las imágenes. La bahía napolitana y los acantilados de Capri rivalizan con un rostro que seduce al espectador por su expresividad. No me considero un fan incondicional de su cinematografía, pero finalmente acabas encontrando algo de interés en sus películas y es lo que me ha pasado con esta. Mi decepción inicial fue dando paso a la curiosidad y finalmente quedé atrapado por la magia de un cineasta singular, cuyo estilo es muy difícil de imitar.   

Hay que rendirse ante la belleza de las imágenes. La bahía napolitana y los acantilados de Capri rivalizan con un rostro que seduce al espectador por su expresividad

La galería de sus personajes impresiona. Reaparecen cuando los has olvidado y adviertes que ocupan su lugar este palimpsesto antropológico. El comandante que decide cómo debe llamarse la protagonista, el hermano enamorado, el profesor que aprecia su singularidad, la maestra de actrices, la veterana diva, el sacerdote que quisiera ser pontífice, parecen sacados del universo fílmico creado por Fellini.

Ha sido un lujo verla en el Teatro Victoria Eugenia, sobre todo para borrar mi decepción por la película sorpresa que debe haber hecho la felicidad de un público más juvenil: ‘Joker: folie a deux'. A la primera entrega le tengo cierto cariño porque supuso mi primera colaboración con The Conversation. Txetxu Ausín le dio mi nombre a Claudia de Lorenzo para hacer un artículo al respecto y durante la pandemia fui un colaborador muy activo, hasta el punto de publicar dos libros con esos materiales en la editorial Berlín Logos Verlag. Con esta nueva entrega no habría sabido qué decir.