Jaime Polo Mínguez | @lovacaine
Muchas eran las dudas que nos surgían a los fanáticos de Pixar cuando vimos anunciado su nuevo film, la expectación era máxima después de unos cuantos fracasos que decaían en cuanto a calidad a medida que pasaba el tiempo; “Elemental” (2023) es distinta.
Ha pasado mucho tiempo desde que la película se estrenó en cines y recibió un duro palo en taquilla, los datos no fueron los esperados. Sin embargo, el ave fénix renació de sus cenizas y pasó de ser la peor apertura durante un fin de semana de estreno para una película de Pixar a verse beneficiada con su aparición en Disney + el pasado 13 de septiembre. No es ni mucho menos una de las consideradas “obras maestras” de la animación de Pixar como podrían ser “Toy Story” o “Coco” pero que esto no se lleve todas tus esperanzas de encontrarte con una buena película.
Es un film con corazón, tierna y conmovedora sobre aceptar las diferencias, derribar barreras y destruir los prejuicios
“Elemental” funciona muy bien y los defectos se quedan en un segundo plano. Como siempre el punto fuerte es su animación especialmente cautivadora y potente, lo normal para el estudio. Los colores y las texturas en esta película parece que saltan de la pantalla para asombrar a tus ojos en un constante baile de pureza visual. Temas como la inmigración y el romance están contados y estructurados de manera efectiva, tomándose su tiempo para construir todo lo que le rodea. Lo que más te puede sorprende es el tono maduro que, ni por asomo, te ves venir después de sufrir una campaña de marketing malísima que no supo dar visibilidad a su película.
Los personajes son entrañables, la música es buena y los momentos emocionales llegan con fuerza cuando tienen que hacerlo. Es un film con corazón que puede que no sea tan magistral como “Soul” (2020), puede que no esté tan bien pensada como “Luca” (2021) pero sí que es una película tierna y conmovedora sobre aceptar las diferencias, derribar barreras y destruir los prejuicios que es por lo que “Pixar” nació en un inicio. Está claro que las nuevas generaciones prefieren los formatos caseros y acudir a plataformas online en vez de ir al cine y es una verdadera lástima. Los precios desorbitados, el constante consumo de contenido y la desolación ante un futuro incierto se convierten en un cocktail de ingredientes que condenan a “Elemental” y demás estrenos a vivir digitalmente alejadas de las salas.
