CINE | ANÁLISIS DEL DISCURSO

La relevancia de “Guerra Civil”: un precedente de barbarie a evitar

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James Fernández Cardozo

La película Guerra Civil, plantea un futuro distópico en que el gobierno federal de los Estados Unidos, encabezado por un presidente en su tercer mandato, se enfrenta a varios movimientos secesionistas. Un grupo de periodistas de guerra conformado por la veterana fotógrafa de guerra Lee Smith (Kirsten Dunst) y su colega periodista Joel (Wagner Moura) intentan cubrir el creciente desorden civil junto con la joven aspirante a fotógrafa Jessie Cullen (Cailee Spaeny), que idolatra el trabajo de Lee, y el mentor Sammy (Stephen McKinley Henderson), mientras se dirigen a Washington, D. C. para intentar entrevistar al presidente, cada vez más aislado, antes de que el grupo secesionista más fuerte, las "Fuerzas Occidentales" lideradas por los estados de Texas y California, pueda tomar la capital. 

  1. Los conflictos axiológicos

En los primeros días del viaje, el grupo de periodistas presencia y documenta varios episodios de guerra, que se inician en una gasolinera donde los propietarios armados están torturando a personas de las que afirman son saqueadores, seguidos de combates entre milicias secesionistas y fuerzas leales en que se ejecuta a los soldados que se rinden, campos de refugiados para los desplazados por los combates en curso, y una ciudad aparentemente idílica en la que los residentes intentan ignorar la guerra por completo, hecho que puede compararse con un gran sector de la sociedad mundial que quisiera apartar la vista de las grandes tragedias de guerra actuales: Gaza y Ucrania, en una especie de negación de la realidad de la guerra. 

El segundo conflicto axiológico de fondo en esta historia se presenta entre la necesidad de los periodistas de guerra de informar de manera veraz y objetiva sobre los eventos de la guerra civil en curso, enfrentados a la censura y la presión por parte de las autoridades y los grupos en conflicto, con la protección de sus propias vidas y las de quienes les rodean. 

Los periodistas presencian actos de violencia, tortura y brutalidad por parte de las diversas facciones en conflicto, y se enfrentan al dilema ético sobre cómo actuar frente a estas situaciones: si intervenir para detener las injusticias o simplemente documentar los hechos de manera imparcial. 

El segundo conflicto axiológico de fondo se presenta entre la necesidad de los periodistas de guerra de informar de manera veraz y objetiva, enfrentados a la censura y la presión de las autoridades

Una de las grandes funciones del cine es la de poner a prueba valores profundos para que evaluemos, como espectadores, cual debería ser la mejor práctica social a asumir, el mejor valor. 

En esta historia se ponen a prueba delicados valores de base. La ética periodística, es un valor que actualiza la honestidad, la objetividad y la responsabilidad en el ejercicio del periodismo, a pesar de las presiones y amenazas que puedan enfrentar. Y la búsqueda de la verdad constituye un valor transversal a la historia, porque a pesar de los riesgos y dilemas, los periodistas de guerra se esfuerzan por descubrir y documentar la verdad detrás de los eventos que presencian, buscando arrojar luz sobre la realidad de la guerra civil en la que se encuentran inmersos.

  1. La crueldad de la guerra 

En el contexto de cualquier guerra, la crueldad y la barbarie convierten a los victimarios en seres deshumanizados y, en muchos casos, en psicópatas. La violencia indiscriminada, los actos de tortura, la destrucción de vidas y hogares, y la falta de respeto por la dignidad humana son características inherentes a los actuales conflictos armados. 

En medio de la guerra, las reglas mínimas de convivencia y los principios de justicia se desvanecen, dejando paso a un ambiente en el que impera la ley del más fuerte y la justicia por mano propia. Así, las situaciones de guerra crean un terreno fértil para el caos y la impunidad, donde los instintos más oscuros de la humanidad terminan saliendo a la superficie. 

Las guerras no solo afectan a los que participan directamente en el conflicto, sino que golpean de manera profunda a quienes son testigos de sus hechos dolorosos, dejando cicatrices imborrables en la sociedad, y generando traumas emocionales y psicológicos que perduran en las siguientes generaciones.

En medio de este escenario desolador, el periodismo emerge como una voz que documenta la realidad y nos hace ver la barbarie de cualquier guerra, pero también develan los intereses territoriales detrás de ella. 

  1. Los dramas personales

Los personajes de la película a lo largo del recorrido narrativo viven procesos de transformación interior, de cambio de un estado a otro, que es el mismo proceso que todos vivimos en nuestro recorrido por la vida. 

Ese proceso define nuestra verdadera personalidad a través de las decisiones frente a los dilemas: “como elija actuar la persona en una situación de presión definirá quién es; cuanto mayor sea la presión, más verdadera y profunda será la decisión tomada por el personaje”, dice Roberth McKee en su obra “El Guión”(página 447).  

La joven fotógrafa Jessie Cullen experimenta un intenso proceso de transformación cuyo clímax es el incidente con las milicias, en que es apuntada con una pistola, haciéndole experimentar una catarsis que la compromete definitivamente con su profesión. Finalmente, la obtención del fotograma final con el presidente en la Oficina Oval, momentos antes de su ejecución por las fuerzas rebeldes, simbolizan el coraje y la determinación de Jessie para documentar la verdad, incluso en medio de la violencia y la injusticia. 

En medio de la guerra, las reglas mínimas de convivencia y los principios de justicia se desvanecen, dejando paso a un ambiente en el que impera la ley del más fuerte y la justicia por mano propia

El drama de la fotógrafa jefa del grupo, Lee Smith, es distinto, porque proviene del impacto emocional y psicológico de la guerra a lo largo de su vida por haber presenciado y documentado horrores inimaginables en conflictos anteriores. Los riesgos que el grupo asume y la proximidad constante a la muerte afecta profundamente a Lee, desencadenando un conflicto interno entre su deber profesional como fotógrafa de documentar la verdad y su humanidad que la empuja a intervenir y detener el sufrimiento de los inocentes.

El acto de valentía que realiza Sammy, quien representaba la voz de la razón y la calma en medio de las crisis, se manifiesta arriesgando su vida para salvar a sus colegas durante un enfrentamiento con las milicias, en un reflejo de su profundo sentido de responsabilidad hacia su equipo periodístico, sirviendo como inspiración y recordatorio de los ideales más nobles en tiempos de guerra y conflicto. 

Joel se ve confrontado con decisiones éticas difíciles en su trabajo como periodista porque debe equilibrar su deber de informar con su deseo de ayudar a detener las injusticias y crueldades que presencia, lo que le hace cuestionar constantemente sus acciones y su papel en el conflicto. 

El arco de cada personaje, como el arco de nuestras vidas, se completa con aprendizajes profundos que nos dan trascendencia, propósito y significado.  

  1. El precedente a evitar por la sociedad 

Aunque la trama se desarrolla en un contexto ficticio, los temas y dilemas éticos abordados en la película “Guerra Civil” nos obligan a establecer paralelismos con conflictos actuales, como el de Gaza o el de Ucrania. 

En el caso de la ocupación salvaje que ocurre en territorio de Gaza, que se agrava con la inminente invasión a Rafah, se observa una situación de violencia y sufrimiento que afecta profundamente a la población civil, con ataques indiscriminados, destrucción de infraestructuras y pérdida de vidas inocentes. 

Esta realidad refleja la brutalidad de la desproporcionada ocupación, pero sobre todo la deshumanización, que no puede de ninguna mamera normalizarse, porque está de por medio la integridad moral de la humanidad en medio de un conflicto tan despiadado. 

"Guerra Civil" es una obra cinematográfica que nos recuerda la fragilidad de la humanidad y la necesidad de mantener viva la llama de la empatía y la solidaridad en los momentos más oscuros de la historia

Por otro lado, el conflicto en Ucrania también presenta una serie de desafíos éticos y morales, con enfrentamientos armados, pérdida de vidas y divisiones profundas en la sociedad, con crecientes latencias globales.

En ambos conflictos reales, al igual que en la ficción presentada en la película, se observa la complejidad de la condición humana en tiempos de guerra. Los dilemas éticos, los dramas personales y los desafíos emocionales que enfrentan los personajes en la película encuentran un doloroso eco en las realidades absurdas de los brutales conflictos actuales. 

Sin embargo, "Guerra Civil" es una obra cinematográfica que nos recuerda la fragilidad de la humanidad y la necesidad de mantener viva la llama de la empatía y la solidaridad en los momentos más oscuros de la historia, como el de ahora. 

Por fortuna, esa llama de empatía y solidaridad, ante la insuficiencia de las instituciones internacionales de derechos humanos, por fin se viene despertando en un sector de la sociedad constituido por los jóvenes universitarios de todo el mundo, que, al igual que en la época crítica del Vietnam y del Apartheid, comienzan a hablar en nombre de la humanidad. 

Ojalá este movimiento auspicie una presión positiva para el diálogo directo entre las partes, la implicación mayor de la sociedad civil, la intervención de actores regionales e internacionales, el compromiso con el derecho internacional humanitario y el apoyo global a la reconstrucción y la reconciliación. 


James Fernández Cardozo | PhD Análisis del Discurso