CRÍTICA DE JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS

Fernández Mallo, su "Madre de corazón atómico" y la parte soñada que hay en todas las cosas

Agustín Fernández Mallo

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Narrativa | JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS | @ibanezsalas

La séptima novela del polifacético escritor español Agustín Fernández Mallo, publicada en 2024, se titula Madre de corazón atómico. Sí, como aquel elepé de Pink Floyd.

Es posible que esta novela de Fernández Mallo, quizá toda su literatura (la que yo he leído, al menos), verse sobre el esfuerzo, la tarea que permita “poder alcanzar la parte soñada que hay en todas las cosas”.

“Dos grandes pulsiones sustentaron el siglo pasado —es posible que todos los siglos—. La primera la ejemplifica una sentencia atribuida a Artaud: me autodestruyo para saber que soy yo y no todos vosotros. La segunda, y parafraseando a la primera, sería me construyo para saber que soy yo y no todos vosotros”.

Muchas son las reflexiones que constituyen Madre de corazón atómico. Reflexiones sobre la memoria y la literatura, las más: “la memoria es literatura o no es”.

“Las malas narraciones cuentan una verdad a medias. Las buenas narraciones cuentan una verdad y media. Es ese plus, ese y media que se superpone a la prosaica y conocida realidad cotidiana el que sin descanso hay que buscar porque forma parte de nuestra vida real”.

Es posible que esta novela de Fernández Mallo, quizá toda su literatura (la que yo he leído, al menos), verse sobre el esfuerzo

La Gran Literatura como agregadora de verdad a la verdad.

La vida, que “tiene vida propia”, además, “escribe la ficción que nosotros no nos atrevemos a escribir”.

No obstante, me gustaría enmendarle la plana al autor (qué cosa tan fea, ¿verdad?). Cuando habla de memoria e Historia, dice Fernández Mallo que “hay cosas que solamente una persona puede narrar: ahí radica la superioridad de la memoria sobre la Historia”. ¿Qué superioridad?

“Todo detalle que fijamos en la memoria y después ascendemos a recuerdo lo hacemos para que tarde o temprano aflore como nudo sentimental, como generador de un conflicto. Lo gracioso es que si ese conflicto no ocurre, lo inventamos. un tiempo intransferible y propio es ésta una clase de inevitable, y a veces también perversa, construcción de la memoria.”

Resulta evidente que cuando el autor de Trilogía de la Guerra Civil admite lo que acabas de leer pierde la razón sobre aquella superioridad de la memoria sobre la disciplina de los historiadores.

Las ideas que dominan el día a día del autor son dos: “la realidad no es la realidad sino un deseo”, y “la identidad es una alucinación del ego”.

¿Todo lo que heredamos es simplemente prestado y hemos de devolverlo al morir?

Hay mucho protagonismo de la muerte (“el muerto siempre se queda”, son “las cosas del mundo las que se alejan de él”) en Madre de corazón atómico:

“La muerte de un ser querido es un proceso muy misterioso: muere para renacer en ti.

[…]

La muerte de un ser querido genera de inmediato una resurrección dentro de ti: alguien que, más vivo que el muerto, te acompañará para siempre”.

Las ideas que dominan el día a día del autor son dos: “la realidad no es la realidad sino un deseo”, y “la identidad es una alucinación del ego”

Mucha muerte (“lo único que se comporta de manera racional es la muerte”) y mucha paternidad, muchísima relación paterno-filial, de hecho ese es el hilo conductor de la novela. 

“Pocos meses atrás, mi padre y yo estábamos en su casa y decidí que estaría bien llevarle a dar un paseo. Durante todo el día él había estado repitiendo que esa casa no era la suya. En ocasiones como esa yo utilizaba con él lo que he burdamente podríamos llamar el método del informático: cuando hay un problema irresoluble, salir y volver a entrar. De manera que lo sacaba de paseo (una vuelta a la manzana era suficiente), y cuando regresábamos ya la casa era perfectamente reconocible por él”.

Leyendo a Agustín Fernández Mallo pareciera que escribir es el arte de que una cosa lleve a la otra y leer el arte de dejarse enredar en esa manera de tejer a la que llamamos literatura. De tejer y ser tejido.

“La gente comienza a encontrar placer en las elaboraciones del intelecto cuando pierde aquel innato reflejo de la infancia que es la ensoñación. Pérdida que suele ocurrir en la adolescencia. Hay quien siendo adulto simula aquella capacidad de ensoñación por medio del sencillo método de fabricarse alguna clase de inocencia: creo que ese es precisamente el caso del acto de escribir, una suerte de inocencia simulada”.

¿Es la literatura una anticipación, “un mecanismo que crea realidad”?

“Nunca sabré si todo lo que he escrito habla de un padre que ya es fósil o de un padre que continúa vivo”.

Al fin y al cabo, “el duelo se asume pero nunca se acaba”.

Fernández Mallo y su padre y su madre de corazón atómico.


Madre de corazón atómico. Agustín Fernández Mallo. Seix Barra. Barcelona, 2024. COMPRA ONLINE


JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS es escritor,
editor y crítico literario