Los destellos: morirse como dios manda con los tuyos alrededor

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La peculiar tiene un ritmo desesperadamente lento, pero al final descubres que te ha dejado su impronta. Menudean los primeros planos y el gusto por las aparentes menudencias, como una piedrita curiosa encontrada en una playa o cierta fotografía que ni siquiera vemos. Un reparto pequeño va descubriendo poquito a poco la historia pasada y presente de todos los personajes, que finalmente tienen un protagonismo coral.

En definitiva trata del bien morir o, mejor dicho, de impedir una muerte atroz atravesada por la soledad y el sufrimiento absolutamente innecesario. Esto es algo que no solemos dispensar a nuestros animales de compañía, pero que ciertos integrismos gustan en imponer al prójimo. Lo suyo sería morirse como dios manda, por utilizar una expresión que puede resultar conocida para los detractores de la eutanasia.

Cuando hay una enfermedad irreversible nada puede suplir a los cuidados paliativos y al cuidado de quienes te quieren o te han querido por compartir intensamente algún tramo del itinerario vital. Esto es lo que viene a poner sobre la mesa esta película con un ritmo nada trepidante, como esa comida lenta que se contrapone a la ingesta rápida de alimentos mal cocinados. Quizá el tema en cuestión imponía este adagio meditativo.