NOVELA GRÁFICA

‘El Río’, de Julie Doucet

Julie Doucet

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Pablo D. Santonja | @datosantonja

Julie Doucet es una artista y dibujante de cómics underground canadiense, conocida por un estilo distintivo y su enfoque en temas autobiográficos, feministas y experimentales. Nació el 31 de diciembre de 1965 en Montreal, Quebec, y se convirtió en una figura clave en el mundo del cómic alternativo durante los años 90.

Doucet comenzó a ganar notoriedad en la escena del cómic underground con su serie de cómics Dirty Plotte, publicada por primera vez en 1987. Esta serie, que posteriormente fue recopilada en varios volúmenes, se caracteriza por su mezcla de surrealismo, humor oscuro y exploración abierta de la sexualidad, la identidad de género y la vida cotidiana desde una perspectiva profundamente personal. Su trabajo a menudo toca temas tabú y desafiantes, utilizando el medio del cómic para jugar con ciertas reglas sociales. 

‘El Río’ es una obra compleja, con un estilo único de dibujo, en blanco y negro, con enfoque en la vida cotidiana, el feminismo, la identidad, y la introspección personal

En 1991, Julie Doucet publicó su novela gráfica My New York Diary, que relata sus experiencias personales al mudarse a Nueva York y las dificultades que enfrentó en su vida amorosa y profesional. Este libro es uno de sus trabajos más conocidos y aclamados, y consolidó su reputación como una voz poderosa e innovadora en el cómic contemporáneo.

A lo largo de su carrera, Doucet ha experimentado con diferentes formas de arte, incluyendo la impresión, la poesía visual y el collage, apartándose gradualmente del cómic tradicional. En 2006, anunció que dejaba de lado la creación de cómics para centrarse en otras formas de expresión artística, hasta la llegada de “The River” (El Río). 

"El río" es una obra compleja, con un estilo único de dibujo, en blanco y negro, con enfoque en la vida cotidiana, el feminismo, la identidad, y la introspección personal, pareciendo en ocasiones estar leyendo un diario personal, más que una novela gráfica, lo que le da cierto toque de voyeurismo. La obra puede interpretarse como una reflexión sobre la vida y el flujo constante de experiencias y emociones, representado a través de la metáfora del río.

Doucet no ofrece respuestas fáciles, sino que intenta presentar su narrativa como un espejo en el que los lectores pueden ver reflejadas sus propias experiencias y emociones

La narrativa de "El Río" sigue un estilo no lineal, con un enfoque en la imagen más que en el texto, lo que trata de ser una herramienta para comunicar ideas y sentimientos de manera visual, con dibujos de trazo rápido pero detallado. Desde las primeras páginas, Doucet nos sumerge en un mundo que sirve para reflexionar y reflejar las vivencias de la autora. A lo largo del cómic, vemos cómo la protagonista —una representación abstracta de Doucet misma— es arrastrada por diferentes corrientes, enfrentando diversos obstáculos y descubriendo nuevas experiencias a medida que avanza.

Todo esto denota el carácter marcado en la carrera y estilo de Doucet, pero en la práctica se hace una obra pesada y difícil de entender. Las páginas se pasan una tras otra con millones de reflexiones sin un hilo conductor claro y un torrente de imágenes que se agolpan una encima de otra, recargando la obra. Y eso hace que al final sea una lectura pesada e inconexa, perdiendo el mensaje y el interés del lector, haciendo que este se fuerce por entender algo de este galimatías gráfico. 

Julie Doucet ha creado una obra que se destaca por su innovación visual y por ese toque agridulce de crisis de la mediana edad

Doucet no ofrece respuestas fáciles, sino que intenta presentar su narrativa como un espejo en el que los lectores pueden ver reflejadas sus propias experiencias y emociones. "El Río" se convierte en un espacio donde lo personal queda al descubierto, intentando trazar paralelismos con el lector. 

Con “El Río”, Julie Doucet ha creado una obra que se destaca por su innovación visual, naturalmente, y por ese toque agridulce de crisis de la mediana edad. Pero al final, termina siendo una experiencia extenuante, que se ve sobre estimulado sin recibir recompensa ninguna.