NOVELA GRÁFICA

‘Luz Negra’: una historia de amor que no emociona

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Pablo D. Santonja | @datosantonja

La novela gráfica ‘Luz Negra’ es la obra más reciente de Claire Fauvel y Thomas Gilbert, publicada por Norma Editorial. Este proyecto fusiona la narrativa de Fauvel, que explora las emociones humanas más oscuras, y el estilo visual de Gilbert, quien se destaca por sus composiciones dinámicas y llenas de movimiento.

En ‘Luz Negra’, nos adentramos en un mundo donde lo místico y lo real se entrelazan en una narrativa que pretende ser oscura. La historia gira en torno a un mundo parisino elitista y adinerado donde una bailarina de éxito sufre un bloqueo creativo. Para salir de ese bloqueo conocerá y se aprovechará de un joven estudiante de danza que acoge como amante y pupilo para su nueva obra. Es imposible no compararla con la película de Darren Aronofsky “Cisne Negro”, por tocar el tema de la obsesión en el mundo de la danza. Pero en lo que Aronofsky se esforzaba en arrastrarnos a la locura de la obsesión por la perfección, en “Luz Negra” se queda en pequeñas salpicaduras de unos personajes malcriados, adinerados y caprichosos que terminan por caer profundamente mal al lector, lo que hace que al final genere cierto rechazo. 

La obra fusiona la narrativa, que explora las emociones humanas más oscuras, y el estilo visual, que se destaca por sus composiciones dinámicas y llenas de movimiento

No vamos a negar que a nivel gráfico juega muy bien sus papeles, con colores que  interpretan un papel fundamental en la narración, con paletas que reflejan el estado emocional de los personajes y la atmósfera de cada escena. Las sombras profundas y los contrastes marcados intensifican la sensación de misterio y peligro que impregna la historia, con páginas amenazadoras, como ese pájaro gigante amenazando al personaje de Ian por las calles de París, o el interesante capítulo dedicado a la leyenda que baña toda la obra, “un corazón puro”.

En ‘Luz Negra’, nos adentramos en un mundo donde lo místico y lo real se entrelazan en una narrativa que pretende ser oscura. La historia gira en torno a un mundo parisino elitista

El conflicto viene cuando el motivo de inflexión en la obra no es la propia obsesión por la creación artística de la protagonista, si no el conflicto de intereses creados por unos problemas sociales que se sienten metidos a calzador, hablando del cambio climático y del activismo ecológico en una obra que no lo pide, y hace que pierdas el foco.

Al final, y tras todo el conflicto, la novela termina bien, los problemas sociales se han resuelto, la obra de Ava Klein, nuestra protagonista, es un éxito, y ambos personajes terminan reconciliados tranquilamente tomando un café contando anécdotas. Un final anticlimático para todos los conflictos que plantean, donde sientes que todo el viaje recorrido por sus protagonistas no ha tenido ningún propósito, pues al final de la obra, no han aprendido nada. Siguen siendo las mismas personas que al inicio. Dejando la lectura final de que si quieres hacer algo bien, debes hacerlo tú solo.