CINE SURCOREANO

'Nuestro día', la contracrítica

Fotograma de la película: (Filmaffinity).

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Torres-Remírez | @jostorresremrez    

La nueva película del director surcoreano Hong Sang-soo está levantando los parabienes y las alabanzas del mundo de la crítica. No hay reseña que no se publique que no haya dicho que esta película independiente es una obra maestra, la belleza de lo cotidiano. En definitiva, uno de esos eventos que el buen amante del cine no debe perderse. Y, sin embargo, vengo aquí a decir que, en realidad, esta película no merece ni un minuto de nuestro tiempo. Mucho menos la casi hora y media de su duración.

Empecemos por lo que todo el mundo está señalando, que muestra la cotidianidad de nuestro día a día. La belleza de lo anodino. Y es cierto, intenta mostrarlo, pero no lo consigue, y es peor cuando nos encontramos que este año se ha estrenado la última película de Wim Wenders, “Perfect Days” (2023). En esa cinta sí muestran la belleza de lo cotidiano hay un motivo detrás de cada acción monótona y repetitiva. Y eso es lo que le falta a la cinta de Sang-soo, no hay un motivo detrás. Poner la cámara y grabar no es hacer una película, ni siquiera un documental. Es creer que el público es inmensamente idiota y que nos tragaremos todo lo que nos proyecten en la pantalla. Hay límites, y este es uno de ellos.

Poner la cámara y grabar no es hacer una película, ni siquiera un documental

Con respecto a la característica de que es una película independiente, los críticos valoran que a pesar de los pocos medios que tiene, ha sabido sacar la máxima eficiencia. Lo cual es… ¿increíble? Al parecer ninguna de las personas que han visto esta película han visionado otras películas independientes antes. Porque si de verdad hubieran visto otras películas con un presupuesto reducido y sin una gran distribuidora detrás, se darían cuenta de la tontería que están diciendo. “La mesita de comedor” (2023) es una gran película de cine independiente y sí sabe sacar provecho a sus escasos recursos. E igual que esta película podríamos hablar de otras tantas películas de bajo presupuesto. Incluso la controvertida “Demonio tus ojos” (2017) es mil veces más eficiente y eficaz que “Nuestro día”.

Otro de los recursos que provocan que esta película sea un gran fracaso es su elenco actoral. Y esto es más grave porque los actores son los habituales de la filmografía de Hang Sang-soo. Tanto la joven promesa del cine coreano Park Mi-so, la ya asentada Song Seon-mi y el veterano Ki Joo-bong; todos han demostrado que saben hacer muy bien su oficio, pero en esta película al parecer se les ha olvidado o no han tenido el aliciente necesario. Cuando le preguntaban a Hitchcock cuáles debían ser las motivaciones que movían a su personaje, el director británico respondía que no las sabía, pero que lo que debía mover al actor es el cheque. Al parecer Hang Sang-soo ni les ha explicado los motivos de sus personajes ni el cheque ha sido tan suculento.

Para acabar con todo esto, los grandes críticos hablan de los lugares comunes dentro de la filmografía del director surcoreano. Aunque muchos de nosotros sólo conocemos “Lo tuyo y tú” (2016), ganadora en el festival de San Sebastián y “Hahaha” (2010) que obtuvo un premio en Cannes, no hay por qué dudar de que la gente haya visto toda su filmografía. Pero los lugares comunes son a la vez un ancla para los espectadores, pero puede ser una muestra de vagancia del director/guionista. Una manera de ir a lo seguro y no arriesgar. A veces sale bien, otras mal. En esta película da igual el resultado de los lugares comunes, es imposible salvar esta película.

Los críticos suelen ensalzar a estos directores/artistas que suelen tener baja audiencia y las películas son un gran fracaso. No hay que rechazar las obras porque no sean éxitos. Pero tampoco hay que creer que cuanta menos gente sepa de la película, mejor es esta. Este debate lo mantiene José Luis Garci en su último libro “The best?”. Quizás quienes hablan de cine deberían leer a quienes han hecho cine.

El espectador es lo suficientemente inteligente para discernir entre una buena película y una pérdida de tiempo. Puede que debieran ver la película y tomar su propia decisión.