CINE | 72 FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

"Las chicas de la estación": explotación y desprotección juvenil

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Emma Vizán |

Basada en el caso de la violación de una menor tutelada en Mallorca en 2019, que destapó una extensa red de proxenetas y explotación en las Islas Baleares, la directora Juana Macías presenta en "Las chicas de la estación" un retrato aterrador sobre la desprotección y los abusos que sufren algunos menores en situación de pobreza y vulnerabilidad. Para ello, Macías pone el foco en Jara, Álex y Miranda, tres adolescentes con graves problemas familiares y personales que viven en un centro de menores en Mallorca.

La directora de películas como "Planes para mañana" y "Fuimos canciones" presenta una visión cruda de estos centros, donde los adolescentes, provenientes de diversas nacionalidades y contextos problemáticos, luchan por integrarse. En su intento de crear nuevas familias, estos jóvenes enfrentan enormes dificultades, mientras los tutores, con dedicación, hacen lo posible por integrarlos y brindarles el cariño que necesitan. "No puedes elegir tu pasado, pero sí tu futuro", le dice uno de los monitores a la protagonista, una frase que, tras ver la película, parece más un eslogan vacío que una realidad tangible. La realidad manda.

Un retrato aterrador sobre la desprotección y los abusos que sufren algunos menores en situación de pobreza y vulnerabilidad

"Las chicas de la estación" nos habla de familias desestructuradas, infancias rotas y, especialmente, de jóvenes desorientados que el sistema no logra proteger, ya no tanto por el fallo de sus estructuras y protocolos, sino por el propio rumbo de estos chicos en plena adolescencia. Es un problema complejo, ya que muchos de estos jóvenes acaban cayendo en la prostitución o en redes de explotación, buscando protección o pertenencia. Sin embargo, en ocasiones también es por simples caprichos, como en el caso de las protagonistas, que delinquen para conseguir dinero e ir a un concierto de música urbana. En este sentido, el guion de Isa Sánchez no idealiza a estas jóvenes ni suaviza sus decisiones: aunque están influenciadas por entornos oscuros, eligen de forma consciente cometer delitos y prostituirse. 

El guion de no idealiza a estas jóvenes ni suaviza sus decisiones: aunque están influenciadas por entornos oscuros

Estas ideas interesantes, sin embargo, acaban en una película que se mueve en un mundo sin grises, donde los personajes son o buenos o malos. Este enfoque maniqueo afecta la narrativa, que por momentos se siente excesivamente demagógica y obvia, como lo ejemplifica en su recta final el personaje del chico que trabaja en la tienda.

A pesar de estos problemas de guion, la película mantiene el interés gracias al buen trabajo de las debutantes Julieta TobíoSalua Hadra y María Steelman, que logran dar vida a personajes complejos, donde conviven la dulzura y la oscuridad. Finalmente, "Las chicas de la estación" es una propuesta interesante que, por encima de todo, denuncia la prostitución y los abusos a menores, un tema que a menudo pasa desapercibido porque las víctimas no denuncian, ya sea por vergüenza o por la duración interminable de los procesos judiciales.