'¡Vámonos con Pancho Villa!' Andanzas revolucionarias del siglo XX
¡VÁMONOS CON PANCHO VILLA!
Autor: Rafael F. Muñoz.
Editorial: Txalaparta, 2019.
Páginas: 224.
En el epílogo de la narración ¡Vámonos con Pancho Villa!, Jorge Aguilar Mora resalta que “el sujeto revolucionario no era único, era uno más los otros, eran los otros más uno” y también que Francisco Villa “se movía entre los extremos de la pasión. Iba de la intensa ternura a la incontenible crueldad en lapsos instantáneos e imprevisibles”.
Nada de esto carece de importancia en lo que a esta obra hace referencia, pues se trata de uno de los relatos mejor considerados de cuantos mostraron su carta de presentación en tiempos marcados por la repercusión de la Revolución mexicana en América y el mundo entero.
¡Vámonos con Pancho Villa! es uno de los textos más destacados de cuantos conforman el panorama en el que reinó la crónica fundada en las luces y las sombras revolucionarias del siglo pasado
Rafael F. Muñoz, periodista de Chihuahua, fue director de El Nacional y llegó a ser nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (si bien no pudo leer su trabajo de presentación) pero publicó diversos textos folletinescos ya desde una edad temprana y ¡Vámonos con Pancho Villa!, uno de aquellos trabajos, muestra sus valores narrativos al hacerse eco de diversos acontecimientos. Y, ¿cuáles son los acontecimientos aquí narrados? Los que dieron fama eterna a Francisco Villa y a todos los suyos, las actividades más populares desplegadas esencialmente entre 1913 y 1916, cuando el campesinado mexicano y el pueblo en general vivían en deplorables condiciones.
El libro, pese a estar narrado en forma de novela, tiene un enorme valor como testimonio, como texto narrativo, ya que Muñoz se aleja de cualquier tipo de sensacionalismo y de sentimentalismo en esa labor narrativa que, evidentemente, parece haberle cautivado ya en sus años jóvenes. El grupo conocido como 'Los leones de San Pablo' y los distintos ejércitos a los que se enfrentó y de los que, en ocasiones, se vio obligado a huir son los verdaderos protagonistas de este trabajo, un relato que parece desdoblarse en dos libros, los conjuntos de escenas y diálogos que hacen referencia a esas dos categorías (la del éxito y la de la derrota, inminente o no), pero debe reconocerse, por encima de todo, que se trata de una historia coherente y creíble de una época inolvidable.
¿El pueblo llano? Sí, los diferentes pueblos americanos sobre los que se escribieron y editaron novelas y relatos narrativos tan osados (y, sin embargo, tan equilibrados en sus formas) como este apasionante ¡Vámonos con Pancho Villa!: “Con el muchacho tras él, abrazado a su cintura, Tiburcio se zambulló en el silencio, como los otros. Le sorprendía ese recogimiento de la multitud; se extrañaba de que cientos que estaban unidos, quizá por toda la vida, marcharan uno al lado del otro, indiferentes, envueltos en sí mismos, mutuamente hostiles”. Todo, desgraciadamente, tiene una lógica, una triste lógica: “¡Cuántas veces hubieran querido los americanos rechazar hacia México aquella sucia masa humana! Pero el mexicano era útil, bestia de trabajo incansable y barata, para los talleres que trabajan día y noche fabricando productos que vender a la Europa en guerra; y eran también agricultores sufridos (…)”.