El cine americano más comercial desembarca en la cartelera
Esta semana puede ser la primera de lo que llevamos de año en la que podemos hablar de un auténtico desembarco de superproducciones “made in USA”.
Esta semana puede ser la primera de lo que llevamos de año en la que podemos hablar de un auténtico desembarco de superproducciones “made in USA”. Un póker de producciones con visos de arrasar en taquilla que abarcan destinatarios de todas las edades.
Zoolander 2 es una comedia desmadrada y gamberra localizada en el mundo de la moda dirigida por Ben Stiller a partir de un guion de Justin Theroux, Ben Stiller, John Hamburg y Nicholas Stoller. Stiller, Owen Wilson, y Will Ferrell retoman los personajes de la primera entrega. Se suman al reparto estelar las actrices Penélope Cruz y Kristen Wiig. La idea surgió de la colaboración creativa de dos genios de la comedia –Drake Sather y Ben Stiller– inicialmente concebida como sketch para los premios de moda VH1 en 1996. Se trataba de una visión entre bastidores de un reportaje fotográfico de moda y de los extravagantes personajes que pueblan este mundo: La última vez que vimos a los modelos masculinos Derek (Ben Stiller) y Hansel (Owen Wilson), disfrutaban del encantador Centro Derez Zoolander para niños que no saben leer chachi y que también quieren hacer chachi otras cosas –y Mugatu (Will Ferrell) estaba entre rejas. Pero cuando una inesperada catástrofe golpea el Centro, el dúo se ve obligado a recluirse, a vivir una vida aislada de la sociedad y al margen de la moda. Quince años después, Derek y Hansel no han levantado cabeza. Siguen cada uno por su lado, avergonzados y aislados. Cuando ambos reciben por separado una invitación especial a participar en un evento mundial de la moda celebrado en la misteriosa ciudad de Roma, deciden acudir a la llamada, incapaz de rechazar el atractivo de volver a la gloria de antaño e incorporarse nuevamente a la sociedad. Tras llegar, Derek y Hansel conocen a excéntricos y extravagantes diseñadores que son los mandamases actuales de la moda. Ambos reconocen al instante que la moda no es lo que era, con toda la incomodidad que ello genera, y literalmente volverán a ocupar el escenario y atraer todas las miradas.
Por último en cuanto a cine norteamericano se refiere se presenta La verdad duele, un thriller dramático basado en la historia increíble pero cierta de David contra Goliat del Doctor Bennet Omalu (Will Smith), un brillante neuropatólogo forense emigrado a Estados Unidos que realizó un importante descubrimiento médico que le llevó a enfrentarse a una de las instituciones más poderosas del mundo, la NFL (National Football League). El film se ha visto rodeado de cierta polémica al recibir críticas airadas precisamente de esta asociación y por ser una de las producciones con protagonista afroamericano que se han quedado fuera de la carrera de unos Oscars a los que se han tildado de racistas.
La aportación hispana a los estrenos de esta semana viene en régimen de coproducción con Argentina. Se trata de Eva no duerme, un drama que relata la odisea del cadáver embalsamado de la política argentina Eva Perón por toda Europa en los años cincuenta desde su fallecimiento hasta su entierro en Argentina 25 años después. Año 1952, Eva Perón, la mujer más amada y odiada de la Argentina, muere a los 33 años de edad. Un anatomista experto la embalsama sin quitarle la más mínima partícula de piel, como si apenas durmiera. Pero las Fuerzas Armadas toman el poder, y se proponen borrar completamente a Evita de la memoria popular. Su cuerpo desaparece durante 25 años. Durante ese cuarto de siglo, Evita, aun muerta y desaparecida, es la figura política más poderosa del país.
También podremos disfrutar de una buena y necesaria dosis de cine social francés. La ley del mercado le supuso a su protagonista, Vincent Lindon, el Premio al mejor actor en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes. Lindon da vida a Thierry, un hombre que lleva casi dos años en el paro y se da cuenta de que los logros obtenidos después de años de trabajo empiezan a esfumarse debido a la aplicación de unas políticas carentes de justicia social. Los remiendos a modo de cursos subvencionados no sirven absolutamente para nada y el mundo laboral no admite a nadie que no esté dispuesto a dejarse pisar por los de arriba.