ÍNDICE GLOBAL DE DERECHOS

Violaciones de los derechos colectivos de los trabajadores

Imagen de archivo (CES).
La Confederación Sindical Internacional (CSI) publica desde hace once años un informe de las acciones de los gobiernos nacionales y las empresas respecto a los derechos colectivos de las personas trabajadoras.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

La Confederación Sindical Internacional (CSI), el mayor movimiento social a nivel mundial, publica desde hace once años un informe de las acciones de los gobiernos nacionales y las empresas respecto a los derechos colectivos de las personas trabajadoras. El Índice Global de Derechos de la CSI examina de forma integral los derechos de los trabajadores y las trabajadoras recogidos en la legislación de 151 países, los cuales se califican en función de una lista de 97 indicadores derivados de la jurisprudencia y los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Índice refleja las luchas y los sacrificios de las clases trabajadoras para mejorar su vida y defender los derechos democráticos.

Este amplio y exhaustivo examen de la situación actual de los derechos de las personas trabajadoras basado en las medidas adoptadas por las legislaciones, las prácticas nacionales y las actuaciones empresariales es la única base de datos que existe de este tipo. El Índice clasifica a los países en función del grado de cumplimiento de los derechos fundamentales en el mundo del trabajo, recopila los casos de vulneración de estos y establece las clasificaciones por país y región. Anualmente, la CSI va actualizando los datos sobre las infracciones del marco internacional los derechos fundamentales en los distintos países.

El Índice de 2024 pone en evidencia el retroceso de los valores democráticos y la vulneración de los derechos fundamentales en el trabajo establecidos a nivel internacional

La metodología para la elaboración del Índice Global de Derechos se basa en las normas relativas a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, en particular sobre: la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho a la huelga. Los datos se obtienen de las respuestas a los cuestionarios que se envían a todas las centrales sindicales nacionales para que informen sobre las violaciones de los derechos fundamentales en sus respectivos países. Los datos se registran anualmente en el periodo de abril a marzo y con los resultados obtenidos se califican los países en una escala del 1 al 5, de mayor a menor grado de respeto de los derechos de las personas trabajadoras.

El Índice de 2024 pone en evidencia el retroceso de los valores democráticos y la vulneración de los derechos fundamentales en el trabajo establecidos a nivel internacional. En 2024 varios gobiernos adoptaron medidas lesivas que socavaron seriamente los derechos básicos de las personas trabajadoras: el 87% de los países han violado el derecho de huelga; el 79% han vulnerado el derecho a la negociación colectiva; el 75% imponen limitaciones a poder constituir o afiliarse a un sindicato. También en el 65% de los países los trabajadores no tienen acceso o lo limitado a la justicia y en el 43% se ha restringido la libertad de expresión y de reunión.

Por países, los diez peores para los trabajadores y las trabajadoras son: Bangladesh, Bielorrusia, Ecuador, Egipto, Suazilandia, Filipinas, Guatemala, Myanmar, Túnez y Turquía. Solo dos países han registrado mejoras en su puntuación en 2024: Rumanía ha pasado de un 4 a un 3, y Brasil ha obtenido un 4, lo que supone una mejora con respecto al 5 registrado el año pasado. Un total de 22 sindicalistas han sido asesinados en 6 países: Bangladesh, Colombia, Filipinas, Guatemala, Honduras y República de Corea. En 74 países se han efectuado arrestos y detenciones de trabajadores y trabajadoras y en 44 países se han dado casos de trabajadores que sufrieron actos de violencia.

Las Américas siguió siendo la región más mortífera para los trabajadores y sindicalistas, con 16 asesinatos registrados

En trece países se han empeorado en 2024 las calificaciones obtenidas el año anterior: Arabia Saudita, Costa Rica, Federación Rusa, Finlandia, Israel, Kirguistán, Madagascar, México, Nigeria, Qatar, Sudán, Suiza y Venezuela. En el ámbito regional la  calificación más alta corresponde a Oriente Medio y Norte de África, con una media de 4,74, en 2023  fue un 4,53 y en 2014 obtuvo el 4,25. Asia-Pacífico siguió siendo la segunda  peor región en cuanto a los derechos de los trabajadores, con una calificación media de 4,13, un avance insignificante con respecto a 2023.

No se producen prácticamente cambios a nivel regional en África, con una calificación media de 3,88. Las Américas siguió siendo la región más mortífera para los trabajadores y sindicalistas, con 16 asesinatos registrados, la calificación promedio se mantuvo prácticamente sin cambios en 3,56. Europa ha obtenido una puntuación media de 2,73, peor que el 2,56 que obtuvo en 2023, manteniendo un rápido deterioro con respecto al 1,84 de 2014 y registrando así el mayor declive de todas las regiones del mundo en los últimos 10 años. España se mantiene en el Índice con un 2 al igual que el año pasado.

Estas violaciones de sus derechos que sufre el mundo del trabajo se producen en un contexto marcado por el impacto devastador de las guerras, como la invasión de Rusia a Ucrania que desencadenó un conflicto armado en Europa; la actual respuesta genocida de Israel en Gaza tras los atentados terroristas de Hamás; junto con otros conflictos armados en Oriente Próximo, Asia o África. Ante las guerras  el movimiento sindical internacional lucha por la paz, el apoyo a las víctimas desde la defensa de  los principios democráticos y el derecho internacional, estos valores son determinantes  para la configuración de un mundo más justo y seguro para todos.

La CSI viene denunciando que la democracia se reduce en todas las regiones del mundo. Desde 2018 se vienen produciendo retrocesos en vez de avances en los países democráticos. Esta tendencia reaccionaria coincide con la presencia de la extrema derecha en los gobiernos de varios países y se corresponde con los ataques a los derechos fundamentales y a los sindicatos. Desde el movimiento sindical internacional se reclama un nuevo contrato social que se debería construir con una nueva gobernanza mundial, que impulse del trabajo decente y la justicia social, en el marco de la defensa de la democracia y el pleno respeto los derechos humanos.