TRIBUNA DE OPINIÓN

Sin control

Alberto Núñez Feijóo y Edmundo González

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La desesperación es mala consejera en todos los ámbitos de la vida, y lo es mucho más en la política. Y, según apuntan todos los indicios, el Partido Popular ha entrado en fase de desesperación. Su histriónica actitud, tanto en lo referente a los acontecimientos de Venezuela como en lo relativo al plan de regeneración presentado por el Gobierno, atestiguan una pérdida del control de sí mismos que sería temible si estuvieran al frente de las instituciones, y que obliga a felicitarse de que no lo estén.

¿Qué español se cree que Venezuela le importa tanto al señor Feijóo? Desde el primero al último, sabemos que lo único que le preocupa es buscar de manera desesperada un resquicio más por el que atacar a un Gobierno que, una vez tras otra, se le escapa crudo, y sale reforzado de cada nuevo envite. Lejos de alegrarse de la recuperación de la institucionalidad en Cataluña, los populares derraman amargas lágrimas por el regreso de la normalidad, que los aleja de la Moncloa. 

La desesperación es mala consejera en todos los ámbitos de la vida y, según apuntan todos los indicios, el Partido Popular ha entrado en fase de desesperación

Y, entregados a la locura, acusan al Gobierno progresista de fascismo, golpismo, y, pásmense, franquismo.

Franquismo. Lo dice sin temblarle la mirada un señor que preside un partido fundado por un ministro del dictador, cuya foto está en todos sus despachos, y que tiene en sus filas a la flor y nata de los descendientes de la clase política de la dictadura. 

Todo apunta, gracias por la información, a que las encuestas -las buenas, las internas, las que no se publican- no salen como a estos señores les gustarían; el PNV acaba de proclamar, por boca del propio lehendakari, que va a mantener la estabilidad, y aunque Junts se comporte como un grupo de hooligans aún no están tan locos como para entregar el poder a aquellos que agitan a la gente contra ellos con ademanes de linchamiento. 

Edmundo González debe estar pensando que tal vez habría sido más seguro pedir asilo político en Andorra

Estos señores han perdido el control, porque se les agotan las municiones. Entretanto, el plan de regeneración no debe ser tan malo cuando la única forma de atacarlo es una batería más de insultos. Quizá tengan realmente miedo a las consecuencias de su implementación. O quizá realmente no saben qué hacer. 

Estos señores son la alternativa, y este es el nivel del debate político español. Don Edmundo González está teniendo el privilegio de ver desde un rincón del cuadrilátero la pelea española, y debe estar pensando que tal vez habría sido más seguro pedir asilo político en Andorra. Aquí lo convierten a uno en carne de cañón a una velocidad de vértigo. Todo vale. Tengan cuidado si van a salir a pasear al perro, porque en la oposición están tan desorientados que se van a comer ellos los perros y los gatos para luego acusar a Pedro Sánchez