Movimiento ciudadano por el "No a las guerras" y por la Paz
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La brutal extensión de la guerra de Oriente Próximo entre los palestinos, Israel, Hezbolá, Yemen e Irán se está multiplicando día a día con nuevas agresiones, lanzamientos de misiles y ruptura de fronteras.
Frente a eso los llamamientos a la paz por parte de los organismos internacionales no son respetados por ninguna de las partes. La escalada de la violencia, muerte y sangre no deja de aumentar.
Por todo ello en algunas zonas de España, organizaciones sociales y personas amantes de la paz están levantando un movimiento, que aspira a tener la fuerza suficiente para ser un aldabonazo en la concienca social a favor de la paz y contra las guerras.
En Zaragoza las personas del colectivo Amalgama desconcertadas por el hecho de que ninguna organización política haya abanderado un movimiento contra las guerras, algo que sirva de pegamento ciudadano para unir conciencias y exigencia de mesas por la paz, se han dirigido a personas referentes y activas en movilizaciones sociales para impulsar una Plataforma por la Paz ciudadana.
Movimiento que exija a nuestros representantes algo más que palabras vacuas ante las barbaridades que se están cometiendo tanto en Gaza, Líbano, Ucrania y otros países en guerra.
Barbaridades que basculan y caminan por la delgada línea de una escalada mundial que nos afectaría a todo el planeta de manera irreversible.
Los organizadores quieren llenar el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza y que el acto sea un referente histórico para la formación de un “Movimiento por la Paz y contra las guerras” que exija a nuestros representantes contundencia en los planteamientos efectivos que puedan inclinar a las soluciones por acuerdos y no por misiles que pongan en riesgo la vida de millones de personas y la vida del planeta, incluso.
Y en eso consiste la convocatoria: que sea la piedra angular de la formación de una Mesa por la Paz que organice docenas de actos para pedirla. Y que sea una piedra lo suficientemente potente para que las instancias necesarias no puedan hacer oídos sordos a las peticiones.