TRIBUNA DE OPINIÓN

Laboratorios

Salón de plenos del Consejo General del Poder Judicial

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Viene un año largo. No sé si lo podremos llamar entretenido, ahora que nos hemos acostumbrado a tener investiduras en agosto y negociaciones a cuarenta grados. Pero largo. Porque los problemas volverán en septiembre, y no porque se hayan ido de vacaciones. Seguimos teniendo un problema con la vivienda, que es preciso abordar con decisión, y con la costumbre de mentir de esos cuyos mensajes no deseados recibe usted en el móvil, y con esa jugada de ajedrez que se llama enrocarse y que parece que es la única que enseñan en algunas academias baratas para políticos principiantes.

Despedimos julio con el nuevo consejo del poder judicial encargando un informe a sus letrados de qué cosas se pueden hacer sin tener presidente, porque los veinte vocales elegidos que iban a dar a luz una nueva era para la justicia se muestran incapaces de ponerse de acuerdo para elegirlo. Así que parece que el problema era algo más complejo que simplemente dejar a los jueces solos para que arreglen sus cosas. Ya están solos. Pero no dejan de ser españoles. Parece que la solución corporativa que propone la derecha solo es solución cuando se cuenta con una mayoría numérica. Yo para eso prefiero la soberanía nacional, que reside en el pueblo, perdonen la insistencia. 

Parece que el problema era algo más complejo que simplemente dejar a los jueces solos para que arreglen sus cosas

No dejan de ser españoles y no se fían los unos de los otros, y estoy dispuesto a admitir que no les faltan motivos. ¿Y entonces, qué?, habrá que preguntarse. 

Entonces, no les va a quedar más remedio que dar el espectáculo, o llegar a acuerdos. Me reservo la opinión acerca de qué es lo que pienso que va a ocurrir, y me centro en la segunda alternativa. Empiezo por decir que no, la solución no pasa porque el grupo que sea más razonable ceda la presidencia. Perjudicar a la razón en nombre de la razón no es bueno

Ahora les toca a ellos, encerrados en ese laboratorio, demostrar si son Einstein o el profesor Bacterio

Así que habrá que llegar a acuerdos. Llegar a acuerdos tiene la objeción de que luego es preciso que se cumplan, pero, si los juristas presuntamente más capaces de este país no saben diseñar garantías adecuadas, ¿quién más podrá hacerlo? Si no pueden, menos aún podrán presentar a las Cortes el plan de reforma de la institución que está incluido en su mandato. 

Si las cosas se han puesto tan difíciles, está claro que algo hemos hecho mal. Que cada uno haga examen de conciencia. Que analice quién cumple la ley y quién la cumple solo cuando le place. Hay ejemplos. 

El Consejo General del Poder Judicial ha pasado de ser el escaparate de la vergüenza de quienes se niegan a cumplir la ley al laboratorio de la respuesta. Ahora les toca a ellos, encerrados en ese laboratorio, demostrar si son Einstein o el profesor Bacterio.