ELECCIONES EEUU

Harris y Trump o más de lo mismo

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Ese laboratorio de conformar mentes al que solemos llamar medios de comunicación maneja virus infecciosos para la mente como el diario ABC, El Mundo, OK Diario, o la COPE y sus semejantes, las televisiones de ese sesgo que nunca ven más allá de sus cuentas de resultados, como antena 3, Tele 5, la Cuatro y la misma TV pública, activos todos ellos en propagar ese mismo virus: el virus del pensamiento único al servicio de su majestad imperial de ultramar y sucursales regionales, como los países europeos. De ahí que cada acontecimiento que suceda en la metrópoli tenga tanta repercusión en sus provincias por lejos que se encuentren. Para eso están justamente los llamados medios de comunicación (desinformación programada, solo para los amigos).

Destacan todos ellos en mostrar lo que sucede con las elecciones en EEUU desde hace meses, que parecen mismamente las nuestras, al punto que es imposible que pase un solo día sin que tengamos que saber lo último de esa campaña. Y esto llega a cansar, claro, porque parece que los candidatos a presidentes sean al parlamento español, y al final uno, sobresaltado por tamaño desafuero, se ve obligado a comentar algo sobre el reciente duelo verbal entre la Sra. Harris y el sr. Trump. Y menos mal que se trata de un duelo verbal en ese país tan dado a hacer sangre con cualquier motivo y a cualquier persona en su casa o fuera de ella, siempre con preferencia a la raza negra, latinos inmigrantes, palestinos –vía Israel- musulmanes si interesa su petróleo y rusos si pudieran y en ello andan.

Hoy, sin embargo, el debate va de duelo civilizado por aquello de la buena imagen, y en ese enfrentamiento verbal han hablado de asuntos que nos tocan muy de cerca a los europeos y por eso también había que decir algo como ciudadano de nuestra querida incomprensible Europa, que con la careta de cristiana y las buenas palabras de su embajador Borrell es cómplice del crimen contra Palestina alineada con los EEUU de sus pecados.

Mencionan los aspirantes a la Casa Blanca la guerra entre Rusia y Ucrania y el genocidio del pueblo palestino, entre otros temas de los que hoy no comment…

Si alguien pensaba antes del debate que uno u otro iba a proponer dejar de mandar armas y todo lo demás a la OTAN y a Zelenski, estaba tan equivocado como si hubiera esperado que hablaran de disminuir o acabar con la presión a los países europeos para bajar su gasto militar y dejar de hostigar a Rusia. Estaba equivocado quien pensara que iban a hacer algo para evitar la economía de guerra en esta parte tutelada de su imperio; y la suma de tantas equivocaciones, causadas sin duda por haber visto muchos medios de derechas, debería castigarse al errado con eliminar de sus televisores los telediarios y a los tertulianos de turno, mostrándole en su lugar la existencia de digitales de izquierda como Nueva Tribuna, kaos en la red, El Salto, Diario Red, Insurgente, Carne Cruda, La Izquierda Diario, canal Red y semejantes durante toda la campaña electoral del “amigo americano”. Y si no es un superviviente del pleistoceno, seguro que comprenderá que una cosa es la información y otra la manipulación de su mente, como hacen siempre los aspirantes al gobierno de EEUU.

En el debate no fue casual el silencio de ambos sobre las ayudas al ocupante israelí para seguir exterminando a los palestinos

En el debate no fue casual el silencio de ambos sobre las ayudas al ocupante israelí para seguir exterminando a los palestinos. De haber creído alguien que se iba a mencionar la realidad tal cual se habrá llevado un chasco, al ver que la palabra “genocidio” ni estuvo ni se le esperaba en el debate. Es verdad que la señora Harris, hasta mencionó la necesidad de un alto el fuego de Israel para evitar tantos muertos civiles, pero eso también lo dicen siempre Biden y la Unión Europea, para quienes decir eso es tan natural como seguir armando a Netanyahu y a su ejército asesino mientras se le protege del tribunal penal internacional, de las iras de su propia población y del rechazo y asco mundial, exceptuando a la gente del pleistoceno, como los debatientes, y a todos los que les apoyan desde la abominable Sociedad del Rifle, y otros constructores de muertes ajenas. De seguro que ese debate, sea cual sea el resultado final en noviembre -y aún faltan telediarios que aguantar si se quiere- los dueños de las cuatro únicas multinacionales que controlan nuestro mundo estarán contentos. O sea: como siempre y por las mismas razones. La Banca siempre gana.

Así que estamos ante lo de siempre: militarismo, genocidios, guerras comerciales y de las otras, y expolio de países y materias primas en donde pueden clavar las espuelas, si es que superan la competencia de China y Rusia y la todos los otros “malos” del revuelto mundo de los “Brics”. Eso sin olvidar a Venezuela o a Irán, grandes enemigos porque tienen grandes pozos petrolíferos y prefieren el mercado asiático, mientras el petróleo yanqui del sótano de las piedras sale más caro y es impopular por contaminar acuíferos. En todo eso están de acuerdo y por eso no debaten, así que gane quien gane, ninguno de los dos candidatos va a cambiar nada más que a peor en todo caso. Porque ya sabemos: es el mercado, estúpido.

Y el mercado tiene muchos buenos representantes en los EEUU. En el juego de poder en el tablero Mundo, ellos, los Biden, los Trump, los Kamala Harris, los Obama, los Clinton, y todos los demás clanes de familias norteamericanas forrados hasta los dientes, son los “buenos”. Ellos, sí, y siempre saben cómo unirse para ganar la final mundial. Pues llegan puntuales al Apocalipsis al que tanto deben, y donde cortan el bacalao y dibujan los límites de cada país en todo lo que les parezca. Y eso tampoco se debatía como tampoco se debatía el siempre espinoso tema de las pensiones, porque seguramente les parece bien tanto a Trump como a Harris lo que dice sobre eso la inefable presidenta del FMI de cuyo nombre prefiero no acordarme: “Los viejos duran ya demasiado tiempo”. ¿Igual que el Imperio y el dólar?