TRIBUNA DE OPINIÓN

La conjura de las derechas extremas

Pedro Sánchez, Begoña Gómez y María Jesús Montero

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En las elecciones del 23-J del año pasado todos los augurios indicaban que las derechas llegarían al poder juntas.

Eso habría significado volver al orden natural y divino según ellas, ya que entienden que el poder está diseñado para ser suyo.

Pero sorprendentemente no fue así, las izquierdas fueron capaces de dar la vuelta a la situación y a última hora pararles los pies, con votos.

Desde entonces enrabietados y frustrados no han parado de poner palos en las ruedas de un gobierno con apoyos precarios, especialmente el que les llega de Junts. 

Decidieron utilizar cualquier elemento o circunstancia, sea honesta o no, justa o no, legítima o no, para intentar restablecer el orden divino.

Cuando nos referimos a las derechas debemos de entender todas ellas, políticas por supuesto, pero también económicas, financieras, mediáticas, judiciales e incluso religiosas.

Se han conjurado en búsqueda de un bien común para todas ellas, el poder, que entienden ha sido usurpado por las izquierdas

Todas ellas sean del ámbito de la derecha extrema como de la extrema derecha, se han conjurado en búsqueda de un bien común para todas ellas, el poder, que entienden ha sido usurpado por las izquierdas.

El poder permite establecer medidas concretas y confrontar ideologías. Estos cinco años la gestión del gobierno de coalición con el apoyo de los grupos nacionalistas, ha permitido implantar medidas para una mayor justicia social y ya se sabe que eso supone el mayor peligro para ese sector.

La conjura de las derechas ha tenido diversos instrumentos para derribar al actual gobierno, pero quizás haya sido el judicial el que les esté permitiendo una mayor eficacia en su labor destructiva.

Lo que está ocurriendo con el caso de la esposa del presidente del gobierno Begoña Gómez demuestra que ese contubernio es muy amplio, que contempla todos los poderes y que carecen de escrúpulos a la hora de intentar conseguir sus propósitos: acabar con Pedro Sánchez cueste lo que cueste.

Las irregularidades mostradas por el juez instructor Carlos Peinado en ese caso, hacen sospechar que cada medida tomada tiene un tufillo político evidente. La última, el que a cinco días de unas elecciones tome una decisión que habitualmente se saca de periodos electorales, podría entenderse que intenta un efecto en esa cita electoral a favor de las derechas extremas.

La conjura de las derechas extremas incluidas la judicial se para con votos, con votos a los partidos de izquierdas

Todas estas actuaciones extrañas vienen acompañadas por campañas de ciertos medios de comunicación a favor de las mismas. El contubernio cierra su círculo, está funcionando, todos coordinados y en una misma dirección.

Las derechas extremas comenzaron la campaña electoral hace unos meses convencidos de nuevo de que iban a ganar por goleada. Con el paso del tiempo les empezaron a llegar sensaciones de que no iba a ser así y es cuando decidieron sacar la máquina de fango a pasear.

¿Qué se puede hacer ante esta situación?

La manera más eficaz de desactivar estas conspiraciones a favor de las derechas extremas, es yendo en masa a votar el próximo domingo 9 de junio, mandándoles así otro nuevo mensaje inequívoco; no sois mayoría, os pongáis como os pongáis no vais a acceder al poder con estas malas artes.

La conjura de las derechas extremas incluidas la judicial se para con votos, con votos a los partidos de izquierdas, los que componen el gobierno y aquellos que lo apoyan. 

Todos a las urnas el domingo.

Veremos.