viernes. 29.03.2024

El cabo Santos, un hombre de a pie

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El cabo Marco Antonio Santos

El 16 de marzo de 2020 la Ministra de Defensa dictó resolución por la que acuerda la desestimación del recurso de alzada contra la resolución del General de Ejército Jefe de Estado Mayor del Ejército, por la sanción de resolución de compromiso – expulsión del Ejército - al cabo Marco Antonio Santos Soto.

Esta disposición le fue comunicada al cabo Santos el 29 de abril, más de un mes más tarde. Este gran retraso en la comunicación es una falta de respeto.

La expulsión del cabo Santos es un fracaso democrático.

Como redactor y promotor del Manifiesto en Contra del Franquismo en las Fuerzas Armadas debo escribir unas palabras sobre este hecho.  Ya lo he hecho en varias ocasiones: en la prensa digital; y como perito militar, a petición de los abogados que lo defienden, en dos de los procedimientos disciplinarios que se le han abierto.

¿Por qué el Ejército de tierra ha expulsado al cabo Santos?

El Ejército NO ha expulsado al cabo Santos por sus acciones u omisiones, sean estas faltas graves o no.

La expulsión se ha producido porque el Cabo Santos no es un militar al gusto de sus jefes, esto es: sumiso, poco ilustrado, obediente sin objeciones, muy conservador o políticamente plano, y sin conciencia personal y colectiva de sus derechos.

El cabo Santos se valora a sí mismo, está socialmente muy formado, no acepta el mando fuera de las leyes, es un ciudadano de izquierdas con un fuerte compromiso social, tiene conciencia de sus derechos, y lucha por ellos.

 Es decir, el soldado Santos ha sido siempre un peligro para aquellos jefes que no soportan que los soldados surjan de una sociedad plural donde ellos, soldados o no, estén comprometidos con una sociedad igualitaria, libre y solidaria.

Él lo dice, a su manera ante el instructor de su primer procedimiento disciplinario:

Le preguntan por los motivos para firmar el Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas, y los que le llevaron a conceder una entrevista publicada en eldiario.es (i).

Responde: “Lo primero es por lo que he jurado, la Bandera y la Constitución. Por lo tanto, que alguien ensalce la figura de un Dictador me enerva. Añado que está reconocido por la ONU, que Franco es un dictador, no lo digo yo lo dice la ONU y los Historiadores. Yo ejerzo mi derecho a la Libertad de Expresión fuera del servicio conforme a la Constitución sin afectar a mis funciones como militar.

Me llamaron a mí y los motivos por los que la concedí fue por el ejercicio mismo del derecho que tengo a la Libertad de Expresión dentro de los límites de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de Derechos y Deberes de los miembros de las FAS.”

Santos respeta y cumple su juramento como militar, a la bandera y la Constitución; no soporta que alguien desde dentro de las Fuerzas Armadas ensalce a la figura del dictador Franco; y ejerce su derecho a la libertad de expresión cuando actúa fuera del servicio. Sabe además que la única manera que tiene de garantizar sus derechos es ejerciéndolos. 

Le preguntan si sus palabras “Salud y República” fueron necesarias en su aportación y firma del Manifiesto.

Responde: “Es una frase que yo siempre hago con mis amigos, lo que quiere decir en el entorno europeo es Libertad, Igualdad y Fraternidad.”

Aquí Santos se deja llevar por sus ideales, los que soportan y definen una constitución democrática. Además, responde a las provocaciones que dice haber recibido durante toda su vida de servicio en el Ejército.

Le piden que explique el siguiente párrafo del Manifiesto: “los militares españoles somos funcionarios servidores del estado, tenemos nuestra conciencia individual libre como cualquier ciudadano, pero no tenemos derecho alguno a presionar como colectivo al Estado democrático”

Responde: “Me refería al manifiesto previo titulado “Declaración de respeto y desagravio al General Francisco Franco Bahamonde. Soldado de España.”

Le preguntan por qué considera que esa Declaración presiona como colectivo al Estado democrático.

Responde: “Entiendo que el manifiesto previo supone una presión al Gobierno y a las Cortes sobre qué decisión había que tomar sobre la exhumación del dictador.”

Santos sabe y defiende que los militares no deben presionar como colectivo a los gobiernos democráticos. Es lógico preguntarse en este contexto si todos los militares que alcanzan los grados y cargos más importantes en las Fuerzas Armadas lo tienen tan claro.

En relación con su aportación personal al Manifiesto le piden que explique sus palabras textuales: “no cabe duda que los que apoyan el escrito a favor del dictador genocida son los que han hecho de las FAS su jardín particular desde el 36”.

Responde: Las personas que firman el manifiesto franquista me mandaron durante 20 años. Ellos juraron una Constitución que estando en la reserva rechazan.

Santos se siente engañado por los jefes que firmaron el manifiesto franquista. Los hace responsables de una conducta desleal continuada hacia sus subordinados. Él la ha sufrido durante sus veinte años de servicio.

  En relación con esta frase literal de la entrevista: “llevo 19 años escuchando al romper filas el grito de “Arriba España”. Está bastante generalizado, sobre todo entre los altos cargos. Aprovechan para reprimir a los demás, a los que no pensamos como ellos, a los que nos llaman rojos de mierda. A mí me lo han llamado muchas veces”, le preguntan:

Si se reafirma en lo que dijo, si denunció los hechos, si siempre escucha ese grito al romper filas, si está voluntariamente en las FAS, y si en algún momento se le trató de forma distinta al resto.

Santos se reafirma en lo que ha dicho y también responde rotundamente que se le ha tratado de forma distinta al resto.

 En relación con esta frase de la entrevista:

“esto comienza en la Academia Militar, te abren el cerebro y te meten lo que quieren. La frase más recurrente que he escuchado es que no te pagan por pensar. Está bien que enseñen el amor a España, pero no se inculca alabando a alguien que asesinó a españoles.”

Le preguntan si ingresó voluntariamente en el Ejército y si cuestiona la formación en el Ejército. Responde que sí, y que no cuestiona el periodo de formación “Yo no soy nadie para cuestionar eso, soy un cabo.”

 No es la primera vez que se le pregunta a un militar - cuando se queja de alguna circunstancia relativa a sus derechos como tal - si ingresó voluntariamente en el Ejército. La pregunta no es pertinente en ningún caso. Todos los militares profesionales ingresan voluntariamente en las Fuerzas Armadas.

Es una pregunta retórica. No espera respuesta. La contiene en sí misma. Es, “pues te aguantas, el Ejército es como es, y punto”.

De lo expuesto hasta aquí, parece claro que tanto en la firma del Manifiesto, como en su entrevista en el diario.es, el Cabo Santos defiende los valores del ordenamiento constitucional vigente.

Además, el ciudadano militar Santos tiene derecho a tener opiniones y a expresarlas libremente con las siguientes excepciones:

Hacerlas en el desarrollo de las funciones militares que le son propias, y afectar a la salvaguardia de la seguridad y la defensa nacional.

Como militar, y solo en esta condición, tiene el deber de neutralidad política en relación con opiniones partidistas y sindicales.

Faltar al respeto a la dignidad de las personas y de las instituciones y poderes públicos.

El cabo Santos no cometió ninguna falta en relación con las obligaciones que señalan las leyes.

Pero el cabo Santos, un hombre de a pie, cometió un error mayúsculo:

Se atrevió a señalar públicamente que 549: Generales, Almirantes, Jefes y Oficiales, Suboficiales y Tropa - estas dos últimas escalas en un número insignificante- de los dos Ejércitos y de la Armada, retirados o en la reserva, faltaban a su compromiso con la Constitución y con su país, al ensalzar públicamente a Francisco Franco Bahamonde.

***

Me gustaría hacer aquí un breve comentario sobre la situación de la autoridad sancionadora en un expediente disciplinario.

En la práctica judicial normal, el juez del caso valora las pruebas cuya práctica ha presenciado.

En un expediente disciplinario la autoridad sancionadora no presencia la práctica de prueba alguna, pues las practica el instructor.

“Como no ha presenciado la práctica de las pruebas, la autoridad sancionadora no está en condiciones de extraer su contenido. Porque no ha visto ni escuchado a los testigos y peritos, su situación no es apta para apreciar lo manifestado por ellos”.

Valorar una prueba exige algo más que comprender las palabras contenidas en un texto; en el texto redactado por el instructor.

Tal y como se desarrollan los procedimientos disciplinarios “La certidumbre de la autoridad sancionadora es la certidumbre del instructor”. (ii)

***

El 21 de febrero de 2020 se tramitó en el Congreso de los Diputados la Proposición de Ley Orgánica de delimitación de la justicia militar (iii)

En la exposición de motivos se señala que la Justicia militar española se ha mostrado incapaz de cumplir varios de los 20 principios establecidos por el Informe de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la administración de justicia por los tribunales militares.

A continuación, realiza un somero repaso de los resultados obtenidos en los procedimientos militares más relevantes de los últimos tiempos:

  • Impunidad con la que acontecen los acosos, abusos y agresiones sexuales, dando cifras sobre denuncias y condenas e indicando la permisividad para que los condenados permanecieran en las Fuerzas Armadas – por ejemplo, un capitán condenado por 28 agresiones sexuales-.

La progresión de la impunidad se refleja en el número de condenas por denuncias, que ha pasado del 12,5% antes del 31 de diciembre de 2015, hasta el 0% desde el 1 de enero de 2016, hasta el 31 de diciembre de 2018.

Mensaje a las mujeres militares, dice: No denunciéis.

  • En ninguno de los casos de corrupción los condenados fueron expulsados de las Fuerzas Armadas. Señalan que en algunos de los casos la justicia militar ha tenido un comportamiento calificable como prevaricador.
  • También se hace un análisis muy negativo de lo que ocurre en los procedimientos abiertos por siniestros donde militares han perdido su vida. Ningún militar ha resultado condenado.
  • Además, un delito cometido por un militar tiene consecuencias jurídicas diferentes en función del lugar en que acontezca, y del trabajo de la víctima.

Como consecuencia proponen que la Justicia militar española quede restringida a los supuestos temporales de guerra, estado de sitio, y conflicto armado internacional, siendo en el resto de los casos competente la jurisdicción ordinaria no militar que corresponda en cada caso.

Resultado de la votación en el Congreso: Sí, 72 diputados; No 274 diputados; Abstenciones 1.

Por nuestra parte agradecemos al Grupo Republicano su propuesta de ley, que consideramos ayudaría a dar un paso sin retorno, en favor de unas Fuerzas Armadas sin franquismo.

“La Justicia Militar debe ser suprimida en aras de una jurisdicción única para todos los españoles. Los países más avanzados de Europa en este aspecto tales como Alemania, Francia, Holanda, Austria, Noruega y Dinamarca, han transformado la jurisdicción militar incorporándola a la jurisdicción ordinaria y atribuyendo su competencia a salas especializadas” (iv).


Arturo Maira Rodríguez | Capitán de Navío retirado | Portavoz del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas | Presidente de la Asociación para la Memoria Militar Democrática   


(i) El diario
(ii) Las ideas anteriores están extraídas del trabajo “LA TRASLACIÓN DE LAS GARANTÍAS PROCESALES AL DERECHO SANCIONADOR MILITAR. VALORACIÓN DE LA PRUEBA”, aportado por D. José Luis Calvo Cabello, Magistrado en su momento de la Sala Quinta del Tribunal Supremo, en el Curso de Verano sobre Derecho Militar de la Universidad de Castilla la Mancha. Publicación “Derecho penal y disciplinario militar”, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Año 2006.
(iii) Proposición de ley 122/000033 Proposición de Ley Orgánica de delimitación de la justicia militar, del 21 de febrero de 2020.
(iv) Huffingtonpost

El cabo Santos, un hombre de a pie