Un país que es capaz de alojar, dar de comer y divertir a noventa millones de visitantes pero es incapaz de dar vivienda a quienes viven en él, es un país fracasado, roto, inconstitucional.
Los abajo firmantes hemos decidido alzar nuestras voces, junto al clamor de otros militares de diferentes naciones, pidiendo a nuestros gobiernos que paren esta locura.